Estamos acostumbrados a sorprendernos ante desastres naturales como terremotos, tsunamis o huracanes, los que más allá de las distancias cobran especial protagonismo en los medios de comunicación nacionales e internacionales. Sin embargo, muchas veces pasamos por alto que entre las mayores problemáticas ambientales que afectan a nuestra región están las seguías e inundaciones, las que generan devastadores impactos en la población local.
Córdoba, una de las provincias argentinas castigadas por la sequía, está sufriendo una vez más un importante incendio en el norte del Valle de Punilla. Los focos comenzaron a registrarse el jueves pasado y ya afectaron a más de 10 mil hectáreas, cifra que podría duplicarse en los próximos días.
Pero los incendios forestales en la provincia son una realidad cada vez más frecuente: mientras que en 2010 se incendiaron unas 10.300 hectáreas, en el 2009 fueron unas 121 mil y en 2008 otras 61 mil. Según los ambientalistas, esto genera una alarmante situación dado que “sólo queda el 4 por ciento del bosque nativo”.
Más allá de los efectos conocidos sobre la producción agrícola y ganadera, las sequías también vuelven a las regiones más vulnerables ante la presencia de incendios. Los vientos y la falta de lluvias hacen que un pequeño foco se extienda, arrasando con la vida vegetal, degradando los recursos y el ambiente, y produciendo efectos negativos en todos los seres vivos que habitan el lugar.
En el caso de Córdoba, las ráfagas son de 45 a 50 kilómetros por hora y, a pesar de que aún se investigan las causas que originaron el incendio, tanto el calor como la sequía son un detonante de esta situación. Entre los lugares afectados están las zonas serranas de Cosquín, Valle Hermoso, La Falda, Villa Giardino, La Cumbre, Los Cocos, y el Camino de los Artesados, localidades que en otras oportunidades ya fueron castigadas por el fuego.
Hasta el momento se evacuaron a unas 200 personas en el Valle de Punilla y se encuentran trabajando unos 500 bomberos voluntarios con autobombas, aviones hidrantes y dos helicópteros que sobrevuelan la zona. A pesar del exhaustivo trabajo, alertan que los incendios podrían aumentar en las próximas horas y afectar a otras ciudades. El mayor problema es el viento, la falta de lluvias y la poca humedad, lo que genera preocupación sobre cómo resolver la situación.
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