Uno de los problemas ambientales que más preocupan a los investigadores es el de la lluvia ácida, la cual se caracteriza por poseer un pH menor que la lluvia normal, por ende es más ácida; el factor que la conforma es principalmente la contaminación de hidrocarburos fósiles, elementos contaminantes que son liberados al quemar carbón yaceitey además por el humo de cigarrillo y las erupciones volcánicas.
Estos elementos contaminantes se concentran en la atmósfera y son eliminados de ella hacia el suelo a través de las precipitaciones, tales como lluvia, nieve o niebla, que los depositan sobre las hojas de las plantas, los edificios, los monumentos y el suelo.
Gracias al ciclo hidrológico, que permite que los factores contaminantes se trasladen a través de las nubes de un sitio a otro y caigan sobre el piso, ningún lugar se halla a salvo de sufrir los efectos de la contaminación provocada por la lluvia ácida.
Evidentemente, no somos completamente conscientes del daño que ocasionamos al medio ambiente y a nosotros mismos; pues todo lo que eliminamos sobre la atmósfera tarde o temprano vuelve a nosotros, a través del aire que consumimos, o los alimentos, que han sido “regados” con la lluvia ácida, y de mil formas más.
Las consecuencias de la lluvia ácida no pueden verse sino a largo plazo, pues huele y se siente exactamente igual que la lluvia limpia, sin embargo el contacto con esos elementos contaminantes va socavando nuestra salud y trae problemas a largo plazo. Además, claramente daña considerablemente los ecosistemas afectando la vida de plantas y animales.
Entre las especies más afectadas se encuentran camarones, caracoles y mejillones; además, la lluvia ácida provoca un aumento de la acidez en el agua lo que produce malformaciones en los peces jóvenes y evita la eclosión de las huevas.
Es de vital urgencia que se reduzcan las emisiones de gases contaminantes a la atmósfera para poder controlar el aumento de las lluvias ácidas que perjudican cada vez más el equilibrio natural, por eso, abogar por el desarrollo de tecnologías alternativas y no contaminantes, podría ser una forma muy acertada de atacar este serio problema.
Intentando vivir de una forma más verde podemos colaborar con la disminución de estas lluvias nefastas para la vida, y es muy importante que sepamos que todos podemos hacer algo, por ejemplo, si tan sólo un 10% de los fumadores dejaran de hacerlo, o redujeran considerablemente su consumo, podría bajarse hasta un 30% el nivel de las lluvias ácidas.
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