22 sept 2011

El lino, ¿Un reemplazo sustentable para la fibra de carbono?


La fibra de carbono tiene muchas cosas positivas: es liviana -comparativamente hablando- resistente, flexible y duradera. Pero si la miramos desde la perspectiva ambiental en realidad no es tan perfecta. En su proceso de fabricación se emplean distintos derivados del petróleo y eso de por sí puede ser un problema.
Desde los polímeros originales que se usan como materia prima, el material pasa por procesos de calentamiento al aire libre y en hornos, y recibe la adición de diversos químicos para ir deshaciendo los enlaces y removiendo los átomos de Hidrógeno y Nitrógeno. El uso de derivados del petróleo no sólo hace de su proceso de fabricación una fuente de contaminantes, sino que además encarece el material indexado al precio del petróleo que hoy está por las nubes.
En Francia están conscientes de este problema y le suman otro: hay una norma europea que fija el máximo de las emisiones de CO2 de un vehículo a 130 gr/Km, lo que en este momento sólo están cumpliendo los autos eléctricos (obviamente) y algunos citycar. Si la norma entra en vigencia el 2014 como se supone que entrará, la industria automotriz estará en serios problemas. Por lo mismo, es muy necesario empezar a investigar nuevos materiales que ofrezcan similar duración y rigidez y al mismo tiempo sean más baratos y livianos.
En el sitio Consoglobe ayer conversaron con Damien Soulat, profesor y  director del Laboratorio de Ingeniería de Materiales y Textiles (en francés GEnie et Matériaux TEXtiles o GEMTEX) quien arrojó luz sobre las investigaciones que se están realizando sobre el lino como material de reemplazo.
El lino ( Linum usitatissimum), es una fibra vegetal que se utiliza al menos desde las culturas mesopotámicas para la elaboración de ropas, tapices y otros usos, destacando por ser muy fresco, ligero y resistente.  Además sus semillas son comestibles (sirven para hacer harina, aceite y para consumir en estado natural) y el aceite mezclado con aserrín es la base para el material llamado linóleo. Lo que los mesopotámicos no sabían y, sinceramente, yo tampoco, es que el lino podría ser el reemplazo del futuro para sustituir a la fibra de carbono, fibra de vidrio y muchos plásticos.
Si hablamos por ejemplo del abastecimiento, hay suficiente lino en Europa -especialmente en Francia- para constituir una mejor alternativa que otras fibras vegetales (fibra de coco, bambú) y que cualquier derivado del petróleo. Por otro lado el conocimiento para su cultivo -en particular para hacer la rotación de modo de no agotar el terreno- ya existe y ha pasado por siglos de perfeccionamiento.
El lino no es el sustituto perfecto para la fibra de carbono, porque a la hora de aplicarlo por ejemplo a la industria aeronáutica no se maneja la misma calidad en el acabado superficial, ni el dimensionamiento exacto del radio de curvatura de un tablero, ni el espesor y bueno, muchos otros parámetros que la industria textil no necesita definir con la misma exactitud que hace falta para reemplazar a la fibra de carbono.
Lo importante es apreciar cómo la industria tecnológica se da vueltas muy largas para llegar a productos, materiales, sustancias y componentes sintéticos que cumplan con ciertas características, y cuando por fin logran definir qué es lo que se necesita, las externalidades como escasez, contaminación, manejo de residuos o el simple costo de fabricación obligan a volver a estudiar las alternativas naturales para descubrir, a veces con sorpresa, que la solución siempre estuvo ahí, en una planta que los egipcios usaban hace 4.000 años.






Fuente: Textile. Le lin, aussi bien que le carbone (Consoglobe)

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