AFP |
Leonardo Da Vinci, un artista que parece provenir de otra galaxia, fue uno de los mejores exponentes de la dimensión aurea o proporción divina (A/B =(A+B)/A ) de nosotros, los pobrecitos mortales. Hace cinco siglos, por medio de su obra “El hombre de Vitruvio”, planteó al ser humano como centro del Universo al quedar inscrito en un círculo y un cuadrado.
Por lo anterior, esta obra fue escogida por Greenpeace para llamar la atención sobre el calentamiento global, plasmándolo en los hielos del ártico que se ha reducido casi al mismo nivel que en 2007, cuando alcanzó su récord más bajo, según el Centro Nacional de Informaciones sobre Nieve y Hielo, con sede en Estados Unidos, que comenzó sus medidas por satélite en 1979.
John Quigley, un artista especializado en arte aéreo, viajó a la región a bordo del barco rompehielos de Greenpeace y reprodujo el dibujo más famoso de Da Vinci -un hombre en dos posiciones sobreimpresas con las piernas y los brazos abiertos- que mide el equivalente de cuatro piscinas olímpicas.
A unos 800 km del Polo Norte, se encuentra esta nueva versión: El artista cortó las piernas del hombre y uno de los brazos, fundiéndolos simbólicamente en el mar para ilustrar el hielo desaparecido, llamandolo “Hombre de Vitruvio fundiéndose”.
Un buena metáfora, si analizamos que a medida que modificamos el entorno, también estamos modificándonos a nosotros mismos.
Fuente: Veo Verde
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Todos los comentarios que sean ofensivos, serán eliminados.