Una “ley de la selva” para los que no les parece del todo regular la deforestación del Amazonas para dar paso a cultivos, tiene a la mayoría de las comunidades preocupada por la disminución de buena parte de su selva.
Aunque varios grupos ecologistas estan en desacuerdo con que se legalice la tala de algunos terrenos, lo cierto es que esto ya ocurría en millones de hectáreas y no iba a dejar de ocurrir, por lo que esta medida viene, según las autoridades, a dar cierto orden y sobre todo garantías a los grandes agricultores.
La impenetrable selva tiene una vida única la cual no es fácil de extinguir, deforestar estos territorios conlleva un trabajo pulcro donde se tiene que quemar hasta por tres años los terrenos y arrancar algunas raíces a mano para que estas no vuelvan a crecer y estropeen la maquinaria agrícola. Muchas veces estos trabajos se realizan por lugareños que son maltratados y trabajan sin ninguna ley que los ampare.
El Senado brasileño podría aprobar hoy martes en pleno la reforma del Código Forestal. La ley, aprobada con gran mayoría en las comisiones del Senado, permite regularizar la deforestación cometida hasta 2008. La polémica ley enojó a algunos sectores que creen que se retrocede en la lucha contra la deforestación y que tildan a esta ley de “amnistía”.
Por otro lado, otras caras políticas aseguran que, si bien sería lindo y maravilloso recuperar todo lo deforestado, es imposible, el senador Jorge Vianna, exgobernador del Estado de Acre, en la Amazonia brasileña a declarado que: ”No es el código de mis sueños pero es bueno para Brasil y para el medio ambiente. Durante los últimos 30 años hemos disminuido mucho la deforestación, pero aun así se destruyó mucho donde estaba prohibido. Ahora creamos un programa de recuperación”.
Desde los ecologistas, Tatiana Carvalho, responsable de la deforestación en Greenpece, reclama que el articulo 61 del código, aludiendo a que permite mantener en las llamadas áreas de preservación permanente las actuaciones de agricultura y ganadería consolidadas antes de 2008. “Con esta norma se podrán talar o quemar legalmente 22 millones de hectáreas”, se amnistiaría la deforestación de 30 millones de hectáreas y “se condonan multas por unos 4.000 millones de euros”.
El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) en España asegura que ” La nueva ley forestal del Brasil es un duro golpe mortal para el amazonas” ya que 79 millones de hectáreas (el equivalente a las superficies de Alemania, Austria e Italia juntas), podrían acabar deforestadas, lo que significaría la emisión adicional de 29 gigatoneladas de CO2 a la atmósfera. La alarmanrte cifra que entrega la entidad la comparten muchos otros estudios y el panorama se hace más difícil.
En tanto, en el sector de los agricultores todo es felicidad. Kátia Abreu, presidenta de la Confederación de Agricultura y Ganadería de Brasil sostiene que “De los 81 senadores solo cinco votaron en contra. No solo lo apoyan los ruralistas. Los radicales perdieron el discurso”. Abreu replicó que la ley fuese amnistía: “Quien taló tiene que reforestar, por lo tanto, no es una amnistía. Ahora dejamos las reglas claras para el futuro”.
Según la Confederación de Agricultura, en las últimas tres décadas la producción de grano en Brasil se ha triplicado. Si no se aprueba la reforma, el 90% de los agricultores estará en situación ilegal. Quienes están a favor el código señalan que lo importante es mantener la actividad agrícola en Brasil, que el 2006 superó a EE.UU en la exportación de soja.
Cabe señalar, que también existen puntos intermedios en el debate. Luiz Antonio de Carvalho, asesor del Ministerio de Medio Ambiente. Explica cómo desde 1965 la norma sufrió tantas reformas puntuales que dejó a muchos agricultores fuera de la ley: “La realidad es que no se cumplen muchas de las previsiones del código”, como la obligación de no deforestar a los márgenes de los ríos. Según De Carvalho, Brasil no puede seguir con las redadas continuas y con el Ejército controlando las talas: “En un pueblo detuvimos a todas las autoridades. Solo quedó uno de los 10 concejales y el cura. Hay muertos. Tenemos que pasar a regularizar la situación y tener una gestión ambiental. Hay que regularizar lo regularizable. La deforestación cero no existe”. Concluye el asesor.
Una de las grandes responsables de la deforestación en la selva brasilera es la construcción de las carreteras, con los caminos preparados cualquiera puede tomarse terrenos y comenzar a faenar. Sin embargo, aunque muchos se opongan a la construcción de estos caminos, estos son necesarios para las comunidades que viven al interior de la selva, para dirigirse al médico o entre ciudades, ellos necesitan tener más accesos.
La selva amazónica es un pulmón de la tierra que aun sigue siendo inmensamente grande y hay que cuidarla, pero está no es intocable. La ley se promulgará mañana y se esperan nuevos coletazos. Mientras toda la población mundial espera que se cuiden los tesoros naturales que son reserva para todos.
(Veo Verde)
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