Estamos en la época navideña, rodeados por arbolitos de navidad en las tiendas, las calles y en nuestras casas. Mientras admiras a tu lindo arbolito de navidad (y si, los naturales son mejores–ecológicamente más sanos – que los artificiales) tomemos un momento para pensar en los bosques del mundo y como su salud afecta profundamente a nuestro bienestar.
Aunque ocupan sólo el catorce por ciento de la superficie terrestre, las selvas proveen hábitat seguro al 60 por ciento de las especies animales y vegetales vivas del planeta. Los bosques lluviosos, como el Amazonas, contienen grandes riquezas sumamente importantes para la humanidad, desde alimentos hasta componentes que forman la base para miles de medicamentos, químicos y productos industriales. Bosques de todo tipo son fuentes de empleo y comida para comunidades locales.
Los bosques podrían ser utilizados sin dañar el equilibrio ecológico, pero ha ocurrido todo lo contrario.
La tierra esta rápidamente perdiendo sus bosques debido a la deforestación. Cada segundo se pierden 6070.2 m² (1.5 acres) de bosque. En nuestra constante búsqueda de consumir más y más, hemos talado sin medida, amenazando el balance ecológico de la tierra. Las selvas tropicales de nuestro planeta, localizadas principalmente en América del Sur y Central, África Central y el sudeste asiático, sufren diariamente la tala indiscriminada. Y se pueden sentir los impactos de esta tala en todo el mundo.
Las consecuencias de esta masiva deforestación son graves y de gran alcance, e incluyen:
- la contaminación del agua: por ejemplo, una quinta parte del agua dulce del mundo se encuentra en la cuenca del Amazonas – una cuenca que sufre enormemente de la deforestación. El agua dulce es fundamental para vida. Sin la protección de los arboles, los cuales son componentes integrales en el ciclo de agua en los ecosistemas forestales, los ríos son más contaminados y menos sanos.
- la erosión del suelo: las raíces de arboles actúan como anclas para el suelo. Este suelo, lleno de nutrientes se pierde con las lluvias sin la presencia de los arboles.
- la liberación de dióxido de carbono a la atmósfera contribuyendo al cambio climático.
- un aumento de epidemias, como malaria y fiebre amarilla;
- desplazamiento de tribus indígenas.
- la pérdida de biodiversidad debido a la extinción de plantas y animales.
Las riquezas del bosque
Más de la mitad de las aproximadamente 10 millones de especies de plantas, animales e insectos viven en los bosques tropicales, y la deforestación acaba con muchas de las especies que viven en el bosque, muchas de las cuales no se encuentran en ningún otro lugar, ni se pueden recrear en ningún laboratorio. Es más, muchos de los laboratorios dependen de que se puedan seguir descubriendo nuevas especies para crear medicamentos críticos para proteger la salud humana.
En la actualidad, 121 drogas que se venden en todo el mundo son derivados de plantas amazónicas. Además, un 25 por ciento de los productos farmacéuticos occidentales son derivados de ingredientes provenientes de la selva. El Instituto Nacional del Cáncer ha identificado 3000 plantas que actúan contra las células cancerosas de los cuales 70 por ciento se encuentran en el bosque lluvioso. Vincristina, extraído de la planta de la selva, Vinca, es uno de los fármacos anticancerígenos más poderosos del mundo. Ha aumentado considerablemente la tasa de supervivencia para la leucemia infantil aguda desde su descubrimiento.
foto cortesía de Scott Thompson y World Resources Institute, 2008
Menos arboles resulta en más calentamiento global
Conocidas también como “los pulmones de la tierra,” las selvas tropicales absorben grandes cantidades de dióxido de carbono (gas toxico que exhalamos y creamos con la quema de combustibles) y a través del proceso de fotosíntesis lo convierten en oxígeno. Menos bosques significan menos lluvia y menos oxígeno para respirar, más dióxido de carbono en la atmósfera, y últimamente un aumento en el calentamiento global.
Se estima que la deforestación tropical causa más del 15 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero, contribuyendo a la contaminación de calentamiento global del mundo– casi lo mismo que las emisiones de todos los automóviles, camiones, aviones y trenes en el mundo. Para controlar la contaminación causante del cambio climático es esencial controlar la deforestación.
Frenar la tala creará un planeta más sano
Las consecuencias de deforestación son catastróficas para ambos países industriales y en desarrollo, pero con un compromiso global y personal, se puede controlar.
Afortunadamente, existen pasos que cada persona puede tomar para ayudar a la lucha contra la deforestación. En muchos países, los vínculos entre la deforestación y el mercado son fuertes. Por ejemplo, en Brasil la expansión de pastos para ganadería es el empujador mayor del perdido de bosques, con más de las tres cuartas del área ya despoblada de árboles. En Indonesia el aceite de palma es la razón por tala de la selva. Y en Madagascar, es la tala ilegal para madera y productos derivados. Un creciente número de empresas están reconfigurando sus cadenas de suministro, buscando como mitigar el impacto de producción y evitando productos que contribuyan a la deforestación. De esta manera, nosotros como consumidores podemos ser parte de la solución exigiendo más información para escoger productos que no contribuyan a este grave problema.
Por ejemplo, a través de la presión selectiva de las ONG, las grandes empresas ganaderas y de soya brasileras se han comprometido a no comprar carne ni soya de tierras que sean deforestadas. Así mismo, la gran empresa de juguetes Mattel (dueños de la muñeca “Barbie”), también se comprometió a dejar de comprar papel y envases de compañías vinculadas a la destrucción de la selva en Indonesia.
(Terra Verde)
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