El alza de las temperaturas está modificando muchos espacios terrestres producto de los deshielos. No es raro ver que cada vez es más común que diversas localidades sufran de inundaciones. Es por eso que Papa Noel, el “viejo pascuero” o “Santa Claus” quizás tenga que cambiar su medio de transporte.
Este amado personaje, sobretodo por los niños, desde el año pasado , asumió el desafío de bajar su huella de carbono, y jubilar a los pobres renos, que debían soportar las pesadas cargas. Es por eso que volvió en una nueva versión: “Santa Claus marino”.
Así fue como llegó a las costas de San Juan, en Costa Rica, por medio del mar, y por si fuera poco, practicando uno de los deportes que más conecta a los seres humanos con el entorno natural, y que además combate problemas cardiovasculares asociados a su evidente obesidad.
Otra de las buenas ideas, es que todos esos abuelos que encarnan este mágico personaje, tengan horarios de trabajo menos extenuantes, y además, con una investidura acorde con el hemisferio en el que se encuentren. Siempre resulta impactante ver a un anciano Papa Noel, con gorro, chaquetón, pantalón largo y botas, por mientras, como dice el dicho “se caen los patos asados”.
Intentar hacer compatible la tradición con las necesidades de los seres humanos que padecen el calor del verano, es también “el verdadero sentido de la Navidad”. Si vez a Papa Noel, regálele un refrescante botellón con agua helada para que no se deshidrate. Seguro lo tendrá presente cuando se acuerde de ti en la Noche Buena.
(Veo Verde)
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