El simple contacto con el agua hace que el cianuro de sodio se disuelva con rapidez. Su peligrosidad es tan alta que únicamente se necesitan 0,5 miligramos de esta sustancia por litro de agua para que la mezcla sea letal, dijo el químico de la Universidad Nacional de Colombia Manuel Freddy Molina.
Es importante saber que el cianuro es un ión (átomo, molécula o partícula con carga eléctrica) compuesto por carbono y nitrógeno. Su presentación puede ser en gas o en sólido (cristales blancos), entre otras.
En gas viene como ácido cianhídrico y es conocido mundialmente como el agente naranja. Se ha utilizado en guerras como la de Irak, para envenenar a cientos de personas.
Según el químico Manuel Freddy Molina, "comúnmente su presentación es sólida. Para que pase a gas se necesita un pH ácido, es decir alrededor de 3.0. De ahí que la posibilidad de que el cianuro que cayó al río Magdalena se transforme es gas tóxico es mínima, pues el pH de las aguas de este afluente está arriba de 5.5".
El cianuro está presente en la naturaleza en algunas algas, sin embargo no es muy común, pues su transformación es industrial. En el país se usa sobre todo en las minas de oro, para volverlo soluble y extraerlo con facilidad, para limpiar metales y como raticida.
Debido a su letalidad, es frecuente que algunas personas lo usen para quitarse la vida, ya que la muerte ocurre casi de manera inmediata. El envenenamiento por cianuro es similar al que ocurre con monóxido de carbono, pues se pega a la hemoglobina y evita que el oxigeno llegue a las células.
Soluble en agua y difícil de detectar
El cianuro es soluble en agua y no sufre transformaciones químicas al mezclarse con este elemento natural. "Se disuelve de la misma manera como la sal en un vaso de agua. Su sabor es imperceptible, a menos que la concentración sea muy alta", dice Molina.
Así, en el caso hipotético de que se contaminara el río con este tóxico, si alguien llegara a beber agua, debido a la baja concentración de cianuro que se mezclaría con las abundantes aguas, difícilmente podría detectarlo. Claro que el tóxico se acumularía en el organismo y los efectos podrían ser retardados. En plantas y animales causaría el mismo efecto.
También plantea que para eliminarlo de los afluentes se necesitaría hipoclorito de sodio o peróxido de hidrógeno. "Estos transformarían el cianuro en CO2. El problema es que se necesitarían grandes cantidades, más o menos del 10 por ciento, para asegurar la eliminación total. De ahí que los costos económicos serían enormes".
Con respecto al consumo humano y su nocividad, Molina explicó que hay una concentración que se llama concentración letal del 50 por ciento. "Eso significa que de esa cantidad se muere el 50 por ciento de las especies que lo consuman. Esa concentración normalmente se ensaya en ratas o en peces", por eso la importancia de encontrar todas las canecas que cayeron al río Magdalena y evitar una catástrofe ambiental.
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