26 dic 2011

Realidad tóxica: Campo, negocios, silencio y muerte

Papá es diabético, yo sé cómo debe cuidarse y ayudarlo a ponerse insulina todas las mañanas. De repente los médicos lo ven cambiar su fisonomía, volverse cada vez más flaco, con la espalda deformada. Pensé que la diabetes lo iba a matar. Me dijeron que no: que era por exposición a agrotóxicos. Hoy duerme sentado y llora solo. Yo también” (Nadia Belén Tomasi, Basavilbaso, Entre Ríos).

¿Tiene idea de cuántos casos como éste hay en el país? ¿Sabe que los hay mucho peores, con malformaciones congénitas, con cáncer de varios tipos, con problemas neurológicos y muertos con nombre y apellido? Son cosas que “se escucharon alguna vez” pero de las que no hay prensa. Al menos, no de la prensa que lucra millones año tras año protegiendo a los responsables de esta matanza silenciosa, cotidiana, transversal pero muy, muy lucrativa.
 
Aclaración uno: no soy un fundamentalista ecológico, no quiero volver a las cavernas. Aclaración dos: busqué información, datos, fuentes serias, no el romanticismo verde teñido de ideología. Aclaración tres: las fuentes están a disposición del que las reclame, para hacer algo al respecto o para saber y avanzar. Aclaración cuatro: los muertos -como dije- tienen nombre y apellido; y los fabricantes, proveedores y distribuidores de los agroquímicos, también. Uno es Monsanto. Que paga mucho a los que los defienden. Que pega mucho cuando se le hacen preguntas comprometidas.
 
En el campo se usan Insecticidas contra los “bichos que caminan” (caracoles, babosas), fungicidas para contrarrestar hongos y herbicidas para eliminar malezas. Entre ellos está el glifosato que, puro, se lo describe como inofensivo; pero nadie lo usa así. Se lo combina y se vuelve altamente tóxico, cosa que se oculta (des)prolijamente. En 1996 (Menem) se liberó la siembra de soja transgénica con glifosato y la Argentina entró en un negocio importante; y en una espiral trágica. Se pasó de usar 28 millones de litros de glifosato a 180 millones. La producción se volcó a la soja en un 90% de Santa Fe, un 80% en Córdoba, etc., arriesgando el monocultivo. No hubo rotación de suelos y el impacto tóxico todavía no se ha percibido porque no transcurrió el tiempo suficiente, pero es inexorable. Además, en la población rural y aledaños crecieron los casos de cáncer, artritis, malformaciones congénitas, problemas respiratorios y renales, sobre los que ofrezco detalles.
 
Los Toldos, Provincia de Bs. As, a 300km de Capital, Partido de General Viamonte. El Hospital Italiano de Rosario, donde fueron atendidos varios pacientes, publicó un informe con la firma del Dr. Olvia donde se deja constancia de enfermedades respiratorias, alergias y dermatitis en niños, una llamativa cantidad de casos de cáncer de mama y de esterilidad en mujeres adultas; y un porcentaje de cáncer gástrico y de próstata en hombres jóvenes muy superior en la zona rural respecto de la urbana. Cuando se quisieron hacer los primeros estudios, no encontraban laboratorio que asumiera la responsabilidad porque a ellos los sostenía Monsanto. Informes a mgoycochea_44@hotmail.com
 
San Nicolás, Provincia de Bs. As., con un ejido urbano de 140.000 habitantes. Gracias a tres “valientes” se difundió que los campos de la empresa Atanor y los del nicoleño Juan Manuel Ondarchú son linderos a tres barrios poblados, en uno de los cuales está la Escuela nº 17 J. B. Alberdi. Fumigan con agrotóxicos a pesar de la Ordenanza 5859, que prohíbe hacerlo a menos de 3.000 metros de distancia. Se pidió a las autoridades municipales que actuaran, y lo hicieron: en vez de sancionar, modificaron la ordenanza para que puedan fumigar a 50 metros (la escuela está a 75). Quienes lo hicieron público fueron el periodista Gabriel Godoy, el doctor Jorje Gaczewer y el investigador Jorge Rulli, cuyo libro “Pueblos Fumigados” recomiendo enfáticamente. Indague, busque, confirme: sdbulises@yahoo.com.ar, para empezar.
 
Trenque Lauquen, apenas 32.000 habitantes, a 445km de Capital. Allí se creó el Grupo Interdisciplinario de Trabajo para Salud Ambiental (02392-422541), integrado por profesionales y vecinos hartos de la fumigación constante a la que se ven sometidos en las zonas pobladas; fumigaciones con Roundup, con 2,4-D y otros productos de alta agresividad comprobada. Hay expedientes abiertos, proyectos de ordenanza de más de quince años. Averigüe: gitsatl@yahoo.com.ar; y si no, organicostl@tl.servicoopsa.com.ar
 
También Bayauca, Partido de Lincoln, está agrointoxicada. Hay denuncias radicadas en el juzgado de Junín por daños a los chiquitos del Jardín de Infantes nº 904. Arranque por elexpositor@speedy.com.ar. O si lo prefiere pase por Chacabuco, a 200km de la Capital, donde los vecinos están peleando lo que llaman “La batalla de Chacabuco-2” por la instalación de una planta procesadora de agroquímicos que va a “hacer experimentos y ensayos”. Sobre los primeros resultados hicieron un documental, que los canales porteños no quisieron emitir. Vea santiagomuhape@hotmail.com o el blog http://chacabucosustentable.blogspot.com/.
 
En la Provincia de Santa Fe hay una campaña especial que se llama “Paren de Fumigar”, coordinada por el Centro de Protección a la Naturaleza (cpronat01@yahoo.com.ar, con página www.cepronat.org.ar). En Las Petacas, a 200km de Rosario y 10Km de la frontera cordobesa, se usa a los chicos como postes o como “banderas humanas” para rociar los campos con agroquímicos (los bañan, por supuesto). Les pagan $ 0,25 (sí, 25 centavos) por hectárea cuando es en avión, o $ 0,50 cuando si es en tractor. Llueven las denuncias. Pero, ¿a quién le importan sus 1.200 habitantes? Los chicos hacen 100 hectáreas/día y los padres dicen: “necesitamos cualquier trabajo. Hablen con carmennbaudino@yahoo.com.ar.
 
Siempre Santa Fe. Hablemos de Alcorta, ¿se acuerda? La del famoso “Grito”. Ahora también gritan, pero por otro motivo: se fumiga en zona urbana con Roundup. El sindicato de peones rurales denunció cáncer y malformaciones, tres veces más de la media nacional en cáncer de hígado, diez veces la media en el de páncreas. Fue documentado por el Centro de Investigaciones en Biodiversidad del Hospital Italiano de Rosario, y hay una denuncia del Colegio de Ingenieros Agrónomos. Pregunte por Jorge Cadús, en revistapostales@ciudad.com.ar
 
Entre Ríos, que tanto se preocupa por la contaminación uruguaya. ¿Por qué no miran Rosario del Tala y las “extrañas” muertes de niños (fumigados) por lo que la Dirección de Maternidad de la Provincia llamó “el efecto sojístico”? La periodista rosarina Liz Domínguez, el médico Gastón Paltengui y la directora de la Escuela Nº 13 están hartos de golpear puertas. ¿Por qué no actúan para clarificar las muertes de chicos en Costa Las Masitas, denunciadas por el diario “El Día” y por Estela Gigena en sus editoriales, y registradas en el Hospital de Urdinarrain porque no los quisieron atender en Santamarina? ¿O qué pasa en Colonia Gilbert, en Basavilbaso y un largo etcétera?
 
No tengo espacio, la página es muy breve para estas cosas. Pero que sirva para “despertar” un poco. Sépalo: el Roundup (Glifosato + POEA) fue denunciado como altamente tóxico por el Dr. Robert Belle, quien formó parte del equipo que ganó el Nobel de Química en 2001. Por la posibilidad de generar linfoma no-Hodgkin, afectar el cclo celular y el ADN, fue suspendido su uso en Suecia, Iowa. Minessota y North Carolina (EEUU). Por estar asociado a abortos espontáneos, se lo prohibió en Ontario (Canadá), y la Universidad de Caen (Francia) dijo que la zona rural de Argentina es foco de alto riesgo.  Hacen publicidad. Mucha. Escuche Radio Continental. De esto no dicen ni “mu”. No se trata de no hacer negocios: se trata de hacerlos bien.







por Rodolfo Olivera

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