La idea es sencilla pero revolucionaria a la vez. Se trata de reutilizar contenedores de barcos fuera de servicio para transformarlos en viviendas a un precio barato y accesible al bolsillo de los ciudadanos, en un momento en el que el acceso a este cotizado bien social es cada día más complicado por la coyuntura económica poco benevolente. Una innovadora iniciativa inmobiliaria que parece haber calado ya hondo en países como el Reino Unido u Holanda.
Siguiendo la regla de las tres R´s –reducir, reciclar y reutilizar- la empresa española ContenHouse ha creado un hogar con todas las comodidades.
Puede que al principio la idea de vivir en lo que antes fue un contenedor no resulte demasiado atractiva, sin embargo estas casas ofrecen todas las comodidades, y no tienen nada que envidiar a las casas de ladrillo.
La idea, que podría sonar descabellada hace apenas un lustro en plena fiebre del ladrillo, hoy, con el auge de la sostenibilidad, el boom del reciclaje y los precios del suelo por las nubes es, a estas alturas, algo más que una realista alternativa: se trata nada menos que de reutilizar y convertir los contenedores marítimos que utilizan los grandes buques para transportar la carga en módulos habitables para uso residencial, una vez finalizada su vida útil y convenientemente adaptados a la confortable vida hogareña.
La gran particularidad es que, aunque la base de las viviendas sean los contenedores marítimos, éstos quedan ocultos y escondidos a la vista directa cuando la casa haya sido terminada. El diseño modular permite habilitar desde espacios de 30 metros en una sola planta a levantar edificios de hasta cinco alturas puesto que los contenedores son apilables.
(Diario Ecología)
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