El dióxido de carbono, uno de los causantes del cambio climático, es producto de la quema de combustibles fósiles como la gasolina y el carbón. También, a medida que la materia vegetal se descompone libera dióxido de carbono a la atmósfera.
Científicos que trabajan en el Smithsonian en Panamá, han logrado medir qué cantidad de carbono se almacena según el tipo de vegetación existente en un área.
Sebastián Wolf, becario de posdoctorado en EH Zurich, Suiza, con colegas de STRI y Catherine Potvin, profesora en McGill University, descubrió que los pastizales liberan una gran cantidad de dióxido de carbono al aire (260g de carbono por metro cuadrado al año) mientras que las plantaciones de árboles nativos absorben una cantidad aun mayor de carbono (442g por metro cuadrado al año) a medida que crecen, lo que limpia el dióxido de carbonodel aire. Wolf realizó estas mediciones por medio de una torre de “eddy-flux” –una especie de alcoholímetro para la atmósfera.
Además de almacenar carbono, las áreas plantadas con especies de árboles nativos almacenan más agua en la tierra, lo que las hace más resistentes a las sequías estacionales. Los datos recolectados por Wolf y colegas provienen del proyecto PRORENA, a través del cual, en 2001 se plantaron ejemplares de 6 especies nativas en Sardinilla, Panamá central.
Las especies plantadas en 2001, Luehea seemanii (guácimo colorado), Cordia alliodora (laurel), Anacardium excelsum (espavé), Hura crepitans (tronador), Cedrela odorata (cedro amargo) y Tabebuia rosea (roble), ya miden 20 metros (60 pies) de altura.
El proyecto PRORENA –una colaboración del Smithsonian en Panamá y el Yale School of Forestry and Environtmental Studies– permite evaluar el potencial de los árboles nativos para la reforestación.
(Diario Ecología)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Todos los comentarios que sean ofensivos, serán eliminados.