28 may 2011

MINERIA Y GLACIARES

Cien millones de litros de agua por día. Eso es lo que diversas asociaciones ambientales afirman que utiliza un megaemprendimiento de minería a cielo abierto. Una cantidad superior a la que necesita una ciudad de unos 100 mil habitantes o una industria mediana-grande para funcionar en forma cotidiana.

El "link" entre los glaciares y la minería viene a cuento de ese precioso elemento. Sin embargo, también se le recriminan otras agresiones al medio ambiente: la utilización de cianuro para extraer minerales genera una "deuda ecológica" difícil de cuantificar. En Europa ya lo tienen claro: el 5 de mayo de este año, el Parlamento Europeo recomendó prohibir el uso de tecnologías mineras a base de cianuro.

Pero hace casi 20 años, los entonces presidentes de Argentina y Chile (Carlos Menem y Ricardo Frei, respectivamente) firmaron el Tratado de Complementación Minera, un acuerdo para promover los procesocordillera de los Andes. Los mandatarios cedieron la explotación a firmas transnacionales durante cuatro décadas. No es obra de la casualidad, por supuesto: la Cordillera es la sexta potencia minera del planeta. En el marco de ese acuerdo se puso en marcha el principal proyecto minero del mundo: Pascua Lama, en zona fronteriza (Atacama, del lado chileno; San Juan, del lado argentino).

¿Podemos vivir sin lo que aporta la minería a cielo abierto? "No -afirma rotundamente Milana-. Usamos sus productos en todo; los celulares tienen contactos de oro, los autos, las viviendas. Y la minería de socavón no es más posible porque genera costos inalcanzables. Lo que hay que cumplir son los controles. Eso falta. Y creo que tendrían que ser independientes (no de las mismas empresas) y descentralizados, con la participación de especialistas en cada zona, porque no es lo mismo un glaciar en Cuyo que en la Patagonia o en la Puna."

En la mayoría de los casos, los megaproyectos se ubican cerca de glaciares o sobre ellos directamente (ver infografía), a más de 4000 metros de altura, en zonas de difícil acceso.

Dice Javier Rodríguez Pardo, periodista y miembro de la Red Nacional de Acción Ecologista (Renace) y de la Unión de Asambleas Ciudadanas: "Para esta minería no hay controles. No hay posibilidad de vigilancia eficaz. No es sostenible en el tiempo y legislar sobre el particular puede legalizar la intervención de los glaciares, del ambiente periglacial y cuerpos de hielo".

¿Tiene sentido una ley, entonces? "Algunos pensamos que la mejor ley de protección de glaciares, cualquiera que sea, no resuelve el impacto nocivo de la minería -añade Rodríguez Pardo-. Por sí sola, esta norma legal (como cualquier otra) está desamparada y bien puede ser utilizada con el argumento de que «se hace minería conforme a la legislación vigente», refrendada por la provincia, generalmente asociada a los intereses mineros. Sin embargo, es una herramienta vital a utilizar por los movimientos sociales y en debates públicos. Nos permitirá ejercer un observatorio permanente que atienda a su cumplimiento, y nos obliga a exigir el acatamiento de la evaluación de impacto ambiental."

La pregunta que cualquier habitante de la Tierra no debería dejar de hacerse tiene seis palabras: ¿qué sería del mundo sin agua? La respuesta es una sola: nada. Nuestra vida y la de quienes nos hereden depende de ella. Y, por ende -todo parece indicarlo-, de los glaciares. Ni más. Ni menos.

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