Una urna funeraria convierte al muerto en un árbol

Renacer de las cenizas. Aunque no se trata del mito del Ave Fénix, la propuesta de Poetree se parece bastante: una diseñadora francesa acaba de lanzar al mercado una urna funeraria con la forma de una maceta, que permite a la familia de la persona que se murió tener a su ser querido cerca y que sus cenizas sirvan como abono para un árbol, que luego podrán plantar.

Aunque el convencional trato de la muerte es escasamente verde debido al uso de los químicos para embalsamar, las tumbas de cemento y los ataúdes no biodegradables, cada año los entierros se están volviendo más verdes con opciones más ecológicas y enfoques más inteligentes.

Pero… ¿Y si lo mantenemos de una manera más simple, enlazando de nuevo la muerte con el ciclo de renovación de la naturaleza? Eso es lo que la diseñadora francesa Margaux Ruyant hace con Poetree, una urna funeraria que infunde un espíritu poético en el proceso de duelo.

Poetree es una urna funeraria que evoluciona con el tiempo, permitiendo a los seres queridos plantar un árbol en las cenizas, al mismo tiempo que se proporciona un simple pero elegante monumento.

El Poetree está hecho de un anillo de cerámica con los datos del fallecido, además de un contenedor de corcho con un tapón. Los familiares pueden poner las cenizas del fallecido en la urna y llevársela a casa junto con un árbol de boj común (Buxus sempervirens) en una maceta biodegradable. Una vez preparados, pueden quitar el tapón de corcho, colocar tierra dentro de la urna y plantar el pequeño árbol en las cenizas.

Después de concederle al boj algún tiempo para crecer, la urna puede ser plantada en el exterior, en donde el contenedor de corcho se puede biodegradar, dejando únicamente el anillo de cerámica como un marcador, un árbol en crecimiento para conmemorar a aquellos que han fallecido. Es una magnífica idea que transforma la tradicional visión “estática” de la muerte en algo que es fluido y triunfalmente esperanzador.








 Fuente y fotografias: TreeHugge