Los camarógrafos de Frozen Planet, nueva serie documental de la BBC, han pillado in fraganti a un pingüino mientras robaba piedras del nido de otro. Hasta aquí hemos llegado, ya no es posible estar tranquilo ni en la Antártida, ni tan sólo cuando hay cámaras vigilando.
Leo en The Telegraph que cada pingüino Adelaida (Pygoscelis adeliae) -que, con el pingüino emperador, es una de las dos únicas especies de pingüinos que viven en la antártica- pacienzudamente busca las piedras más grandes que pueda encontrar para asegurarse de que su nido es lo suficientemente impresionante para eclipsar a sus rivales y atraer a una pareja.
En la colonia de la Isla Ross, con una población de aproximadamente medio millón de pingüinos, el asunto toma un cariz criminal. Según el diario, el móvil es el nido de piedra, que es construido con el fin de proteger a los huevos de las corrientes de agua creadas por el derretimiento estacional de las capas de hielo antártico. Las hembras son más propensas a elegir a los compañeros con los mejores nidos, de allí la competencia por las piedras más resistentes.
Para Frozen Planet, David Attenborough y un equipo de la BBC han viajado al Ártico y la Antártida en búsqueda de algunas de las formas de vida más extremas de nuestro planeta. El conocido conservacionista inglés, más que presentador de la serie, es uno de sus protagonistas. Visitó la Península Antártida por primera vez hace 17 años y, desde entonces, la temperatura allí ha aumentado significativamente.
En la séptima entrega de la serie, Attenborough expone los efectos que este calentamiento está teniendo en las especies que habitan los polos de la Tierra y el planeta entero. Entre ellas, la especie humana. Y, como hiciera en su primer viaje, rinde una suerte de homenaje al Capitán Robert Falcon Scott.
La segunda década de 1900 inauguró la carrera por el Polo Sur, una de las epopeyas de exploración más dramáticas de la historia, de la que Scott, inglés, y el noruego Roald Amundsen fueron los principales protagonistas. Scott alcanzó el Polo Sur el 17 de enero de 1912, 35 días después que Amundsen.
Volviendo al robo de piedras, esto es lo que la grave voz -en off- de Sir David dice de los hechos:
En los próximos meses, los pocos parches de la Antártica que estén libres de hielo serán el escenario en el que cinco millones de pingüinos construirán sus nidos. Para construir uno, necesitan guijarros. Y sin un buen nido, un macho será incapaz de atraer a una hembra, cuando éstas finalmente lleguen. Una propiedad impresionante demuestra su valía como pareja. Son necesarias piedras de todos las formas y tamaños para construir un nido decente, y encontrar la perfecta no es fácil. Así que algunos pingüinos toman una vida de crimen. Al que han robado, parece no estar al tanto de que el ladrón está allí mismo y deseando más. El nido del ladrón está muy bien, probablemente porque él tiene un ojo especialmente bueno para los ladrones. Después de todo, para reconocer a un ladrón hace falta otro.
Fuente: BBC
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