10 oct 2011

El abandono de la energía nuclear en Alemania revela los verdaderos costos de la industria



Casi en simultáneo con el anuncio del gobierno argentino de avanzar con el desarrollo de la energía nuclear al poner en marcha la tercera central nuclear del país (Atucha II) y declarar sus intenciones de continuar su Plan Nuclear, la revista de noticias ambientales Grist publicó un artículo redactado por Arne Jungjohann, director del programa de Diálogo Global y Ambiental de la Heinrich Boll Foundation en Washington, D.C., sobre los verdaderos costos de la energía nuclear. Sus conclusiones demuestran que continuar apostando por el desarrollo de esta energía claramente no es negocio, que además de los riesgos que implica , también los costos económicos terminarán siendo elevados. Otra razón más para abandonar de una vez por todas ese camino. Compartimos la nota con ustedes:

“Hay malas noticias para los que apoyan la energía nuclear: La energía nuclear es aún más cara que lo que pensábamos. De acuerdo a un estudio publicado por Arthur D. Little, las cuatro empresas nucleares de Alemania (E.ON, RWE, EnBW, Vattenfall) van a tener que afrontar costos por 25 mil millones de dólares para cerrar sus reactores. Después del desastre de Fukushima, Alemania decidió decirle adiós a la energía nuclear, cerrando ocho reactores inmediatamente mientras que los nueve restantes se irán cerrando gradualmente hasta 2022.
De los muchos mitos que existen sobre la energía nuclear, sabíamos que el que postula que 

“la energía nuclear es barata” era falso. Lo impresionante es lo cara que resulta cuando se toman en cuenta todos los costos reales, de acuerdo a este analista de un banco público alemán:

“La cuantificación de los costos de desmantelamiento está en línea con nuestro estimado de mil millones de euros por bloque”, pero, “esos estimados contemplan varias incertidumbres”, dijo el analista de Ladensbank Baden-Wuerttemberg (LBBW) Bernhard Jeggle.

Por lo tanto, desmantelar un reactor nuclear cuesta por lo menos 1.400 millones de dólares. La ley exige a las empresas recaudar el dinero para financiar la baja de los reactores. Sin embargo, lo más probable es que terminen aumentando sus tarifas. En un mercado regulado sin competencia, el costo recaería en los contribuyentes. En un mercado sin regular, como Alemania, esto hace que la energía nuclear sea mucho menos competitiva. Los clientes pueden elegir a su proveedor de energía y cambiar a uno que no use energía nuclear; como las municipalidades o empresas de energía renovable (cosa que es muy sencilla). Al considerar todos los costos reales de la energía nuclear, nos acercamos a un campo de juego más parejo entre las distintas fuentes de energía. Se trata de la economía ambiental más básica: el mercado refleja los precios reales sólo si los costos externos (como la contaminación) se internalizan. Si tuviéramos un mercado perfecto y todos los costos externos de los combustibles fósiles (cambio climático, contaminación del aire) y nuclear (baja de los reactores, contaminación, seguros contra accidentes, almacenamiento de deshechos) se contemplaran, las energías renovables serían competitivas hoy en día.

En muchos países, la industria nuclear fue ayudada con millones de dólares en subsidios, mientras que las tecnologías emergentes recibieron muy poco apoyo comparativamente (en Estados Unidos, por ejemplo). Green Budget Europe, un “think tank” alemán, calculó que los subsidios a la industria nuclear durante el último medio siglo ascienden a 230 mil millones de dólares sólo en Alemania. Una cosa es apoyar el desarrollo de energías renovables y tecnologías de eficiencia. Otra es internalizar esos costos con los que las industrias nucleares y de combustibles fósiles cargan a nuestras sociedades. 

Eventualmente, tenemos que hacer ambas para pasar a una economía baja en emisiones de carbono, alimentada en su totalidad por energías renovables”.









Fuente: Greenpeace Blog

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