La creciente desinformación a la hora de definir las características que ofrecen los productos ecológicos ha llevado a formar un consumidor poco confiado ante estos alimentos, reacio a fiarse de las posibilidades que le ofrecen y los beneficios que aportan a su salud y al medio ambiente.
Es por ello que las empresas deben saber posicionar estos productos para no engañar ni crear dudas en el consumidor.
Un término muy arraigado que suele confundir con “ecológico” es “natural” y no deben confundirse en ningún caso.
El consumidor de alimentos ecológicos exige productos que aseguren una vida sana, y, como tal, hay que garantizar unas condiciones óptimas de calidad en estos alimentos, sin aditivos, ni químicos que puedan perjudicar su vida, además de más sabor o propiedades y nutrientes, como es el caso de las naranjas ecológicas, en relación a las que un estudio de la Universidad Politécnica de Valencia demostró que disponen de más Vitamina C que las procedentes de la agricultura tradicional.
Un producto ecológico, por tanto:
– Proviene de la agricultura o ganadería ecológica.
– Nunca se podrá asociar a términos como “integral”, dietético “o” transgénico “. – Está producido sin el uso de sus rancias químicas de síntesis.
– Está elaborado sin adición de sustancias artificiales, como aditivos, colorantes o aromas.
Greenwash o greenwashing es un término que está tomando mucha popularidad y es usado para describir la práctica de ciertas compañías, al darle un giro a la presentación de sus productos y/o servicios para hacerlos ver como respetuosos del medio ambiente. No obstante, este giro es meramente de forma y no de fondo por lo que se convierte en un uso engañoso de la comercialización verde.
Un ejemplo de esto podría ser cambiar el empaque a un producto elaborado con químicos dañinos a la sociedad y/o el medio ambiente, haciéndolo lucir como amigable con la naturaleza.
Las empresas suelen recurrir al Greenwash pora varias razones; una de ellas es el señalamiento por parte de la sociedad respecto de sus malas prácticas; otra es que actualmente, los productos virtuosos, emergidos de auténticas políticas y programas de responsabilidad social están encontrando buena respuesta por parte de la comunidad. Es entonces que, tratando de sacar partido de esta nueva tendencia, algunas marcas simplemente se maquillan para lucir como environmental friendly sin serlo necesariamente.
Fuente: Diario Ecología.com
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