El próximo 31 de octubre la población del planeta llegará a siete mil  millones, un hito que plantea desafíos y oportunidades sin precedentes  para toda la humanidad, según el Fondo de Población de las Naciones  Unidas (UNFPA, en inglés).
 El aumento exponencial de la población y las condiciones ambientales  más frágiles en la historia del hombre, se encuentran generalmente en  los países pobres, que suelen tener escasos recursos económicos y sus  políticas públicas no son lo suficientemente adecuadas para resolver los  problemas que  padecen. Esto amenaza el desarrollo sustentable de los  países y produce un mayor deterioro del nivel y calidad de vida de la  población, documentó el UNFPA en su informe Sustentabilidad  Medioambiental: Población, Pobreza y Medio Ambiente. 
El cambio climático también provoca que algunas naciones no sean  autosuficientes y sostengan su alimentación con la ayuda que otros  países les pueden ofrecer. Al respecto, la Organización de las Naciones  Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en  inglés) advierte que los recursos naturales ya no serán suficientes, si  no se empieza a tomar medidas para su conservación y un mejor  aprovechamiento de éstos.
 La FAO proyecta que en 2050 se necesitará producir anualmente mil  millones de toneladas de cereales y otros 200 millones de toneladas de  carne para alimentar a todos los habitantes del planeta. Para hacer  frente al aumento de 4% de la población mundial para el año 2050, la  producción agrícola tendría que incrementarse en 70%, y casi 100% en los  países en desarrollo.
 Las sociedades que conforman este mundo heterogéneo se enfrentan a  diferentes retos. Mientras en algunos rincones del mundo las personas se  mueren porque su alimentación es escasa, y viven en regiones donde el  agua es un líquido que apenas alcanza a humedecer los labios de miles de  niños, en otros naciones el consumo en exceso de algunos alimentos y  bebidas provoca enfermedades que se convierten en un desafío para la  población y el sistema de salud de un país, como la obesidad. 
 ¿Cómo está compuesta la población mundial y cuáles son sus  principales preocupaciones? El mundo está envejeciendo rápidamente, pero  la mayoría de los países en desarrollo no están preparados para este  cambio demográfico. A nivel mundial, uno de cada nueve personas tiene al  menos 60 años de edad, y el número de personas ancianas sigue  aumentando en todas las regiones. Para el año 2050, dos mil millones de  personas —uno de cada cinco del total de la población mundial—tendrá 60  años o más. El envejecimiento de la población se está produciendo a un  ritmo más rápido en los países en desarrollo, más acelerado de lo que  sus economías crecen.
 Lograr el desarrollo humano, mientras existen problemas ambientales  como la degradación de la tierra, las cuencas hidrográficas y la pesca  marina, la deforestación, la contaminación y el cambio climático, entre  otros, es un desafío inmenso, pero fundamental para la humanidad. Lograr  la conservación del medio ambiente y el bienestar humano, son parte de  las principales preocupaciones mundiales sobre las cuales cada país  puede determinar las medidas más apropiadas a tomar para lograr la  sustentabilidad del medio ambiente.
 Seguridad alimentaria
El crecimiento de la población ha creado una demanda mayor de  alimentos. Mientras que la producción mundial se proyecta para  satisfacer las demandas de consumo para las próximas dos décadas, a  largo plazo las previsiones indican el empeoramiento de la inseguridad  alimentaria en muchos países, especialmente en el África subsahariana.  La Organización para la Alimentación y la Agricultura de las Naciones  Unidas (FAO,  en inglés), estima que para cubrir las necesidades de la  población mundial en 2020, la producción de alimentos tendrá que  duplicarse.
 La crisis alimentaria que actualmente se vive en El Cuerno de África  muestra la necesidad de proveer a las personas más pobres del mundo, un  mejor acceso a la planificación familiar como parte de los esfuerzos  para prevenir tragedias en el futuro.
 El cambio climático inducido por las acciones del hombre provocará un  impacto negativo en la productividad agrícola en las zonas tropicales y  subtropicales. Se prevé que la cantidad y la calidad del agua  disminuirán en las regiones más áridas y semiáridas, aumentará de la  incidencia de malaria, dengue y otras enfermedades transmitidas por  bacterias en las zonas tropicales y subtropicales, y se dañarán los  sistemas ecológicos y su biodiversidad, de acuerdo con el Banco Mundial.  Además, el aumento del nivel del mar asociado a los incrementos  esperados en la temperatura, podría desplazar a decenas de millones de  personas que viven en zonas bajas, como el Ganges y el Nilo, y amenazar  la existencia de los pequeños estados insulares.

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