Las dificultades estimulan el ingenio humano. Soldados rusos destinados en los montes de Chechenia han construido un cargador de teléfono móvil de madera que funciona con tracción humana (podes verlo en la imagen de cabecera). Gracias a un pequeño sistema de poleas conectado a un generador, consiguen cargar “a mano” la batería de sus gadgets a kilómetros de distancia de cualquier enchufe.
No será el dispositivo más avanzado ni el más cómodo, de acuerdo, pero no deja de ser verde. Recuerda además a otra rareza de la que ya hablamos anteriormente: la de los sitiados en Srebrenica durante la guerra de Bosnia pedaleando para ver los partidos del mundial de fútbol.
Esta noticia tan friki, no obstante, me ha hecho dar cuenta de que, efectivamente, el mundo militar es siempre fuente de inventos. Internet, por poner un ejemplo, tiene ahí su origen. Y cuando hablábamos hoy de los nanogeneradores que generan electricidad con levísimos movimientos (¡como el latido del corazón!), recogíamos las palabras del inventor señalando, como una de sus probables aplicaciones, la de servir a los ejércitos. Un lote para los rusos, por favor.
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