Tras varios años de debates y promesas incumplidas, la basura sigue siendo uno de los mayores problemas ambientales en la ciudad de Buenos Aires. Los rellenos sanitarios reciben a diario unas 5 mil toneladas de residuos que no reciben el tratamiento adecuado y producen una importante contaminación.
Teniendo en cuenta esta problemática, y la falta de aplicación de la Ley 1854 de Basura Cero aprobada en 2005 por el gobierno porteño, se prevé para el próximo año poner en marcha varios proyectos destinados a la separación y reutilización de residuos. Uno de ellos es la planta de reciclado de José León Suárez, que luego de su construcción podrá tratar unas mil toneladas de desechos por día, lo que equivale al 20 por ciento de lo que generan los habitantes de la ciudad.
Hasta el momento la basura de la Ciudad y del Gran Buenos Aires (GBA) es depositada en el “relleno sanitario” Norte III, en San Martín. Se trata del único predio habilitado para funcionar como tal dado que el de González Catán en La Matanza y el de Punta Lara en Ensenada deberían clausurarse por pedido judicial. Dada la imposibilidad de este espacio de seguir recibiendo tantas toneladas basura, la nueva planta que se desarrollará en el mismo predio pretende incorporar tecnología para separar los residuos secos de los húmedos, clasificando elementos como papel, plásticos y vidrio. Asimismo se tratarán los residuos húmedos, a través de biorreactores, para luego utilizarlos como cobertura del relleno.
La idea es que con esta nueva tecnología de 1.000 toneladas que ingresen al relleno sólo 400 se depositen bajo tierra. A pesar de que la iniciativa representaría una clara reducción de la basura, debería ser parte de un plan integral en el que también se prevea la separación en origen. A través de campañas de concientización, legislación pertinente e incorporación de los elementos necesarios (como contenedores diferenciados en cada barrio), los ciudadanos debe constituirse como un eslabón fundamental en este proceso.
No se trata, entonces, de implantarlo como algo aislado con la simple incorporación de tecnologías, sino que más bien de un proceso conjunto en el que debe existir compromiso y cooperación entre gobiernos, empresas y habitantes. Por el momento, las medidas quedan en proyectos y año tras año la ciudad de Buenos Aires genera récords de basura en los rellenos sanitarios. Las plantas de reciclado y la separación en origen, como también la responsabilidad en el consumo, debe ser una política clara y firme para enfrentar de una vez por todas este problema ambiental y social.
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