El día 4 de octubre se celebra el Día Mundial de los Animales. Lo que comenzó como una celebración religiosa, es especial, de bendición de los animales de compañía (es la fiesta de San Francisco de Asís, patrón de los animales y los ecologistas), se ha convertido en una jornada para reivindicar un trato justo y ético para con los animales. Mientras los animales reciben sus bendiciones en iglesias y sinagogas, activistas por sus derechos, organizan actos de protesta, eventos de promoción y captación de fondos, y mesas informativas.
En Venezuela, por ejemplo, el Día Mundial de los Animales se celebrará con una marcha en rechazo al envenenamiento de perros callejeros en isla Margarita. Además se quiere aprovechar la celebración para felicitar a la ministra de Salud, Eugenia Sader, que anunció sanciones a los funcionarios que ordenen esas muertes.
En las playas de isla Margarita aparecieron muchos perros callejeros muertos que habían ingerido alimentos con estricnina, un potente veneno. Esa muerte es muy cruel, pues los se queman por dentro debido al veneno, revolcándose de dolor. La marcha prevista para el Día Mundial de los Animales quiere reivindicar otros métodos para controlar la proliferación de perros callejeros, como realizar campañas de esterilización de los animales abandonados, así como de educación de los dueños de las mascotas. También se pide la abolición de las corridas de toros.
En Pamplona (España), la organización internacional de defensa de los derechos de los animales, AnimaNaturalis, se adelantó al domingo 2 de octubre para censurar el sufrimiento de los miles de millones de animales de granja que cada año son matados para consumo humano.
San Francisco de Asís es considerado uno de los primeros ecologistas de la historia. Fue un precursor de los movimientos de defensores de los animales y de la ecología, que comenzaron a crearse en el siglo XIX.
La Declaración Universal de Derechos del Animal, fue proclamada el 15 de octubre de 1978 y aprobada por la Organización de la Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) y, posteriormente, por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Esta declaración establece que todo animal posee derechos y señala que el desconocimiento y desprecio de esos derechos han conducido y siguen conduciendo al hombre a cometer crímenes contra la naturaleza y contra los animales.
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