Ante la presencia de la bacteria Salmonella en yacarés de un criadero de la provincia del Chaco, un equipo de recomienda la implementación de medidas sanitarias preventivas. Esa bacteria - que puede ocasionar enfermedad y muerte -puede ser transmitida por los yacarés a humanos, mamíferos y aves. Explican las ventajas del “rancheo”.
Entre los años 2001 y 2005 un equipo de investigadores recogió muestras de más de 100 yacarés en un criadero de la provincia del Chaco, en Argentina. La bacteria Salmonella estuvo presente en el 77 por ciento de las muestras analizadas durante 2002.
”El objetivo fue monitorear la presencia de Salmonella, una bacteria común en reptiles, pero que puede ocasionar enfermedad y muerte tanto en animales como en personas. Es una bacteria zoonótica, transmisible de los animales a las personas”, explicó a la Agencia CyTA una de las autoras principales del estudio, Marcela Uhart, investigadora de la Wildlife Conservation Society (WCS). Los resultados del trabajo fueron publicados en la edición de abril de la revista científica The Journal of Wildlife Diseases.
Actualmente cinco provincias de Argentina hacen “rancheo” y cría de yacarés: Chaco, Formosa, Entre Ríos, Corrientes y Santa Fe. Las prácticas de “rancheo” surgen como una estrategia para la conservación de los humedales y su fauna, buscando la puesta en valor de estos ecosistemas mediante el uso sustentable de algunas especies. El supuesto es que para poder ‘cosechar’ lo que la naturaleza produce se deben garantizar ambientes conservados y sanos, mediante prácticas de manejo sustentables”, indicó la investigadora de la WCS.
Uhart señala que “las provincias mencionadas poseen en común grandes humedales que albergan una rica diversidad faunística, entre la que se incluyen nuestras dos especies de yacaré, el negro y el overo. Como es de público conocimiento, la deforestación y sojización recientes generadas por el avance agropecuario están alterando y modificando severamente esos ambientes”.
Por otra parte, la excesiva presión de caza sobre los yacarés en el pasado (por su cuero) llevó a su casi extinción a fines de 1960. “Con la implementación de estrictas medidas que regularon su comercio internacional, ambas especies repuntaron y sus poblaciones hoy se encuentran en relativo buen estado de conservación, habiendo recolonizado muchos ambientes de los cuales habían sido extirpados”, afirmó Uhart. Y agregó: “En la actualidad, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) apoyan el uso sostenible de los yacarés mediante el sistema de rancheo, como estrategia para su conservación”.
Sistema de rancheo
¿En qué consiste el rancheo? Se trata de la recolección de huevos de nidos silvestres de yacaré (y otros crocodílidos, como cocodrilos y caimanes), los que luego son incubados artificialmente con niveles de eclosión superiores a los que hubiesen logrado en vida silvestre dado que se eliminan factores naturales de mortalidad. “Un porcentaje de este excedente ‘ganado’ a la naturaleza, se traduce en la liberación de crías de yacarés al medio natural, mientras que el resto ingresa a un circuito de comercialización que involucra su cría a tallas superiores para la explotación de su cuero (principalmente) y carne para consumo (poco en la Argentina)”, puntualizaron Uhart y Hebe Ferreyra quien también es investigadora de la WCS.
En el circuito argentino algunos emprendedores han instalado los galpones y piletas necesarios para la cría de los yacarés, sistema que se sostiene con la venta de los cueros y otros subproductos de los animales que se faenan. “En general, la cosecha de nidos silvestres se realiza mediante el pago de un determinado monto a quienes reportan el hallazgo de nidos (generalmente puesteros, personal rural). De este modo la gente se interesa por mantener los sitios con nidos para garantizarse este ingreso extra”, indicó Uhart.
”El hecho de que el 77 por ciento de las muestras analizadas tuviesen dos especies de Salmonella -ambas conocidas por ser causantes de enfermedad en humanos- en uno de los años de muestreo indica que su presencia en el criadero no es uniforme y que algunos factores particulares a ese año podrían haberla favorecido, por ejemplo el cambio de dieta en los yacarés, el cambio de tipo de recintos o prácticas de higiene, entre otros factores. En nuestro estudio no pudimos identificar que factor gatilló este suceso”, afirmó Uhart. Y continuó: ”El hallazgo de Salmonella en los yacarés no sorprende ya que los reptiles constituyen el principal reservorio de estas bacterias en la naturaleza, siendo principalmente portadores asintomáticos con eliminación intermitente de la bacteria a largo plazo, es decir, que la Salmonella en general no los enferma, por lo que ellos continúan infectando el ambiente de manera ‘silenciosa’”.
De acuerdo con los autores del estudio la importancia del hallazgo radica en “el riesgo de introducir (sin querer) salmonellas (y/u otros patógenos) a la naturaleza, cuando el ‘excedente’ de crías es liberado, poniendo en riesgo no sólo a los yacarés que viven en estado silvestre sino también a otros mamíferos y aves. Por otra parte, existe el riesgo de contagio a las personas que manipulan los animales en el criadero y a quienes faenen los animales para el cuero, y la potencial contaminación de la carne durante el proceso, sobre todo si es usada para consumo humano”, aseguró Uhart.
Manejo sustentable
A la luz de los resultados obtenidos, Uhart considera que la principal recomendación para que el rancheo sea realmente una herramienta de conservación, debe realizarse de manera adecuada y responsable, “de otro modo se podría convertir en una amenaza. Y esto implica, entre otras cosas, aplicar medidas sanitarias preventivas apropiadas, que actualmente son prácticamente inexistentes en los criaderos del país. Por ejemplo, se recomienda mantener buena higiene de los recintos de los animales, realizar monitoreo bacteriológico regular de la alimentación que se les provee y del agua de las piletas, e implementar un sistema de screening de patógenos en los animales como rutina, principalmente previo a la liberación y la faena.”
Asimismo la especialista recomienda que el personal que manipula los yacarés o toma contacto con los recintos y deshechos, así como quienes intervienen en la faena, debe estar capacitados en medidas preventivas y mantener buena higiene para evitar infectarse y contaminar la carne u otros subproductos. “No hay que olvidar que las Salmonellas (y en particular las halladas en este estudio) pueden causar enfermedad grave en las personas -incluso la muerte-, principalmente en aquellos que tienen sus defensas debilitadas y en los niños. Dado que en este estudio vimos que las Salmonellas no siempre están presentes, se refuerza la necesidad de establecer los monitoreos sanitarios como rutina, de manera de detectar ocasionales ‘picos’ si aparecieran. De otro modo, pasarían inadvertidos, con los consecuentes riesgos”, aseguró.
Actualmente los programas de rancheo en Argentina involucran a más de 100 mil yacarés cada año, todos originados de huevos colectados en el medio silvestre. Cerca del 10 por ciento de ellos son retornados a su medio natural y el resto son ingresados al circuito de comercialización para al aprovechamiento de su cuero y carne para consumo. “Sin embargo hasta el presente, no se ha estandarizado un sistema de vigilancia sanitaria en los programas de rancheo en el país. Creemos que esta situación debe revertirse para garantizar la sustentabilidad y conservación del recurso que sostiene esta práctica de manejo, y minimizar los riesgos para la salud humana”, concluyó Uhart.
En el estudio también participaron Rosana Mattiello de la Universidad Nacional de Buenos Aires; María Inés Caffer y Raquel Terragno del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas -Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud; Adriana Schettino de la Universidad Nacional del Centro de la provincia de Buenos Aires y Walter Prado de la Fundación Vida Silvestre, Argentina. Créditos: Julie Larsen Maher / Wildlife Conservation Society
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