El creador de la marca junto a uno de sus modelos de carrera. Pesa sólo 9 kilos. (Télam) |
Nicolás Masuelli, es un joven rosarino estudiante de Ingeniería Industrial preocupado por el medio ambiente. Por ahora, sus productos los vende en Estados Unidos y Europa.
Un joven rosarino fabrica en forma artesanal bicicletas con cañas de bambú, una gramínea flexible muy resistente que en el ámbito de la construcción denominan “acero vegetal”, y las vende a selectos clientes de Estados Unidos y Europa.
El diseñador de la “bambucicleta” es Nicolás Masuelli, de 29 años, estudiante del 4to Año de la Carrera de Ingeniería Industrial de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y apasionado de la aeronáutica y la ecología.
La bambucicleta, ideada hace seis años, ya fue aprobada por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y salvo, la parte donde asientan las ruedas, los cambios y pedales -que son metálicos-, el resto de la estructura de la bicicleta es de caña de bambú, más un agregado de fibra de vidrio y resina epoxi, dijo Masuelli.
La idea apunta a universalizar el uso social del rodado, que por ahora, Masuelli fabrica en forma artesanal en un galpón de la localidad de Alvear (al sur de Rosario).
El proyecto de la bambucicleta surgió luego de que desarrollara un rodado convencional para hacer biciturismo. Yo venía estudiando a la caña de bambú como material para la construcción y el cuidado del medio ambiente, contó.
Masuelli contó que tras investigar y recopilar numerosos documentos, pudo llegar a un ingeniero oriundo de Eslovaquia, que "había diseñado el cuadro de una mountain bike con caña de bambú, y en las uniones utilizó fibra de carbono".
Para Masuelli, esa resultó su fuente de inspiración, que resultó en el primer prototipo terminado en el 2007.
Dos años después, Masuelli intentó darle un enfoque más comercial y formó una sociedad con Leonardo Pelegrin, Hernán Nicci y Néstor Fasola.
En el galpón de Alvear, se están fabricando “unas 10 bicicletas por mes, pero debido a la creciente demanda, estamos cambiando algunas técnicas para sistematizar el proceso”, explicó el rosarino.
En la Argentina “por ahora parece que no hay demasiado mercado, pero sí lo hay en países más desarrollados y con fuerte conciencia ecológica. Por ejemplo, hemos vendido a clientes que viven en California y San Francisco, y en países como Bélgica, Holanda e Inglaterra”, indicó Masuelli.
La bici de bambú tiene una especial flexibilidad que le permite un andar o desplazamiento más amortiguado. “Resulta más cómodo transitar con una de bambú por adoquinados, terrenos de piedra, ripio, o sobre superficies en desnivel”, explicó.
Masuelli contó que por caminos de tierra es muy divertido circular con una bici de bambú. Se siente la diferencia, e incluso algunos expertos en ciclismo que ya tienen bicicletas de fibra de carbono que valen miles de dólares, nos dicen que prefieren una de bambú.
Masuelli, que además fue becario del INTI, comentó que desde que comenzó con el proyecto lleva diseñados alrededor de 30 modelos diferentes de bambucicletas, aunque las de carrera, mountain bike, y viajeras son las versiones más preferidas. La bicicleta pesa unos 9 kilos y cuesta unos 3 mil pesos, de acuerdo al modelo.
Por último, Masuelli destacó la calidad y resistencia, al afirmar que son seguras, ecológicas, vistosas y resistentes. “Los mismos materiales que utilizamos en el taller de aeronáutica para los planeadores, lo usamos para estas bicis”, comentó a la agencia Télam el diseñador. Mayor información sobre el tema se puede consultar en el sitio del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (Inti).
En Ghana, Filipinas y en varios países asiáticos y africanos se utiliza el bambú para construir bicicletas desde hace bastante tiempo. Es un material que tiene múltiples usos por ser muy resistente.
Viajeros en bambucicleta
El sitio hispanodetulsa.com informa que cuatro jóvenes están recorriendo Estados Unidos montando bicicletas fabricadas de bambú hicieron una parada en Tulsa, Oklahoma, durante la segunda quincena de junio.
El viaje, que lleva el nombre de “Alabamboo”, comenzó en mayo en Greensboro, Alabama. Los viajeros hicieron una parada en la oficina de la agencia de publicidad y mercadeo Cubic, ubicada en el centro citadino. El trayecto terminará en San Francisco, California, en algún momento en agosto – según lo planificado.
El propósito es informar a la población sobre el uso del bambú como un material de construcción y una fuente económica, alternativa y ecológica.
Las cuatro han puesto en pausa sus trabajos y sus estudios. “Este viaje no solamente nos está cambiando a nosotros cuatro, sino que está cambiando cada pueblo, cada ciudad en la cual llegamos”, dijo J. Vernal Dilworth, 30, originario de Virginia, diseñador gráfico y profesor universitario.
Funte: Diario Los Andes (Mendoza)
Le agradecemos a @SabrinaNoller por hacernos llegar esta nota.
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