25 ago 2011

La energía de fusión: el gran reto científico


Esta mañana he leído un interesante artículo sobre la energía de fusión. Leo Hickman, articulista y editor del periódico británico The Guardian, hace una crónica detallada de los últimos avances sobre el tema. En un parque científico de Culham, un pueblo a las afueras de Oxfordshire, algunos de los físicos más importantes del mundo contemplan sin aliento un video de su fugaz creación: el nacimiento y muerte de una miniestrella en un tiempo imperceptible para el ojo humano. A pocos metros de distancia de la sala de control, un punto de luz brilla y se quema en milésimas de segundos, a temperaturas cercanas a los 23 millones de grados centígrados dentro de un recipiente de acero de 70 toneladas.

Hickman recuerda que, cuando el año pasado, le preguntaron a los profesores Stephen Hawking y Brian Cox cuál era el reto científico más apremiante y revolucionario de la humanidad, no dudaron es responder lo mismo: la producción de electricidad a partir de la energía de fusión. El premio sería enorme: una fuente de energía barata, casi ilimitada y libre de contaminación. Cox es un apasionado de la energía de fusión y cree que los científicos que trabajan en el tema deberían ser venerados tanto o más que los futbolistas o las estrellas del rock, porque no se exagera cuando dicen que pueden salvar al mundo. Sin una fuente alternativa e ilimitada de energía, nuestro modo de vida podría desaparecer para finales de este siglo.

La energía de fusión -en esencia, la recreación y el aprovechamiento en la tierra del mismo proceso que producción de energía que ocurre en el sol- ha sido el santo grial de los físicos de todo el mundo durante más de medio siglo. Y sin embargo, constantemente los teóricos afirman que estamos a décadas de distancia de lograr algo. No importa cuanta investigación se haga y que tanto dinero se invierta, los logros parecen siempre atascarse en algún punto.

Pero en los últimos años, parte de la comunidad científica muestra un optimismo inusitado. Hay más investigadores metidos en el tema y más parques científicos haciendo pruebas sin descansar. El periodista del The Guardian cita el caso del centro en las afueras de Oxfordshire, que después de 18 meses parado por el mantenimiento del tokamak - la cámara toroidal con bobinas magnéticas dónde se obtiene la fusión de las partículas- 1.000 científicos e ingenieros buscan alcanzar una meta: que la cantidad de energía que extraen del tokamak sea casi igual a la cantidad de energía que se puso en él.

En la actualidad, los mejores resultados de la historia se lograron en 1997 cuando, por sólo dos segundos, el JET (Joint European Torus) en Culham logró 16 MW de potencia de fusión con una entrada de 25 MW. Sin embargo, para que la fusión sea comercialmente viable, las equivalencias tienen que invertirse y la energía de salida debe ser por lo menos diez veces mayor que la de entrada. Aunque a Cox no le guste mucho que los futbolistas sean las estrellas del momento, podríamos explicar la situación haciendo un paralelismo: nuestro equipo pierde todos los partidos, pero ya no por goleada, la meta inmediata será empatar. Y cuando por fin podamos ganar nuestras contiendas, pasaremos a primera división.






Fuente: www.guardian.co.uk

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