15 ago 2011

Nueva tecnología para acelerar el tratamiento de residuos orgánicos

Tras emplear los conceptos básicos de ingeniería, investigadores de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa (UAM-I), diseñan un reactor biológico para elaborar composta mediante un sistema modular que permitirá acelerar el tratamiento de alrededor de 4 mil toneladas diarias de residuos orgánicos que se generan en la ciudad de México.
Dicha tecnología mexicana podrá reducir el tiempo del proceso de composteo hasta 50 por ciento, en comparación con la forma que tradicionalmente se emplea, pues los científicos prevén hacer abono orgánico en alrededor de un mes.

En el país, anualmente se generan alrededor de 40 millones de toneladas de residuos, de los cuales más de 35 millones corresponden a desechos sólidos urbanos y se estima que entre 5 y 6 millones de toneladas pertenecen a residuos peligrosos.

El doctor Jesús Gerardo Saucedo Castañeda, investigador del Departamento de Biotecnología de la UAM-I, dijo que el problema de los residuos sólidos orgánicos generados en las grandes ciudades, además de tratarlos inadecuadamente, radica en falta de sitios de disposición final o rellenos sanitarios apropiados.

De acuerdo con el especialista, en la ciudad de México cada habitante genera cerca de un kilogramo diario de basura, lo que representa al menos 12 mil toneladas que al conjuntarlas con el área conurbada la cifra llega a duplicarse.

Una alternativa, explicó Saucedo Castañeda, es el composteo que en palabras sencillas es tratar de imitar lo que hace la naturaleza, degradar el material orgánico, pues aunque es una tecnología que se utiliza desde hace tiempo sigue siendo una opción favorable.

El proyecto que cuenta con el financiamiento del Instituto de Ciencia y Tecnología de Distrito Federal (ICyTDF) está orientado a tratar entre 30 y 50 por ciento del total de los residuos para destinarlos al uso de la agricultura, reforestación y espacios de entretenimiento, deportivos, parques y jardines, entre otros.

Para ello, los expertos en biotecnología desarrollaron biopilas o reactores con capacidad para degradar cerca de 150 kilogramos de desechos orgánicos previamente recolectados y separados, pero “la innovación en esta iniciativa es hacerlo bajo condiciones aceleradas y controladas”, destacó el académico.

Además, enfatizó que también se trata de un sistema modular para atender las necesidades de 1.5 millones de personas; es decir, al ser una planta de tratamiento pequeña favorece su implementación y reproducibilidad en diferentes entidades de la República.

Así, con los principios básicos de la ingeniería, los reactores emplean una mezcla adecuada de desechos y, un conjunto de hongos y bacterias que provienen de la misma composta y del estiércol bovino, además de combinar otros compuestos para tener una relación “carbono-nitrógeno” adecuada que equilibre y acelere el proceso de composta.

De no hacerlo como tal, Saucedo Castañeda detalló que en el tratamiento de composteo puede perderse nitrógeno que se disipa en la atmosfera en forma de amoniaco y, con ello estaría contaminándose el ambiente.

Con esta tecnología, en una primera etapa se pretende elaborar seis o siete módulos de degradación para atender a la población de la ciudad de México, ya que al ser “reproducibles” permiten disminuir la demanda de superficie que se requiere para realizar el proceso.

Asimismo, el producto final obtenido del composteo tiene una particularidad, ya que el abono orgánico resultante está libre de agentes patógenos y presenta una buena proporción de nitrógeno, fosforo y potasio dando lugar a un biosólido de excelente calidad, de acuerdo a la norma mexicana vigente.

Saucedo Castañeda concluyó: “El compromiso de las grandes ciudades es encontrar tratamientos biológicos para contrarrestar la cantidad de desechos que diariamente se originan, pues de no hacer algo vamos a entrar una severa crisis ambiental”.









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