En lagos del noroeste de la Patagonia detectaron altos niveles de mercurio en percas y truchas, entre otros peces. Los investigadores advierten que los valores hallados son significativamente altos considerando que no hay fuentes de contaminación directa de mercurio en la región.
Niveles de mercurio mayores a los esperados fueron detectados en tejidos de cuatro especies de peces de lagos de la región Andina de la Patagonia. El trabajo -cuyos resultados fueron publicados en la revista científica Chemosphere- fue realizado por científicos del Laboratorio de Análisis por Activación Neutrónica, pertenecientes al CONICET, y del Instituto Balseiro y del Centro Atómico Bariloche (de la Comisión Nacional de Energía Atómica; CNEA).
“Nos centramos en tres especies que han sido introducidas: la truchas marrón, arcoíris y fontinalis (o de arroyo). También analizamos una especie autóctona, la perca. Los niveles de mercurio detectados no representan un riesgo si no hay consumo habitual de estos peces, pero son valores significativamente altos considerando que no hay fuentes de contaminación directa de mercurio en la región. Su origen podría ser por trasporte atmosférico (por ser el mercurio un contaminante global), y deposición húmeda asociada a la precipitación (lluvia o nieve). O puede ser de origen natural, en particular asociado a la actividad volcánica de la región”, señaló a la Agencia CyTA el autor principal del estudio, el investigador Sergio Ribeiro Guevara, del Centro Atómico Bariloche.
Las truchas en particular son objeto de pesca deportiva regulada en toda la región, y, dependiendo de la zona, son de devolución obligatoria (al curso de agua) o se permite retener algún ejemplar. Son peces cuyo consumo es apreciado, pero está limitado por la regulación del reglamento de pesca, por lo que su ingesta debiera ser limitada. De todas formas hay pesca furtiva y los pescadores no siempre respetan la obligación de devolver los ejemplares capturados”, dijo Ribeiro Guevara. En la investigación también participaron las doctoras Andrea Rizzo, María Arribére y Débora Bubach, y la licenciada Marina Arcagni.
Mediciones de mercurio
El estudio reveló que las concentraciones de mercurio son particularmente altas en perca y trucha fontinalis en el lago Moreno, y en trucha marrón en los lagos Rivadavia y Futalaufquen. Las concentraciones de ese metal en los tejidos de músculo e hígado de los peces seleccionados fueron evaluadas como cantidad de microgramos de mercurio por gramo de tejido seco (tejido al que se le extrajo toda el agua que contenía). Un microgramo por gramo equivale, en términos proporcionales, a un gramo de mercurio en una tonelada de músculo o hígado secos.
En muestras de músculo de perca y de trucha fontinalis del lago Moreno, los investigadores identificaron concentraciones de 0,7 a 3,2, y de 0,3 a 4 microgramos de mercurio por gramo de músculo, respectivamente. “En las muestras de músculo de trucha marrón en los lagos Rivadavia y Futalaufquen las mediciones fueron de 0,2 a 2,4. En el lago Nahuel Huapi las concentraciones variaron entre 0,1 y 1,4 en trucha marrón, 0,1 y 1,7 en arcoíris, y 0,4 y 2,5 en percas”, destacó el investigador. Y continuó: “Los límites de concentración para el consumo sin restricciones de peces de agua dulce varían entre 0,2 y 0,5 microgramos de mercurio en peso fresco (tejido tal como se lo extrae del pez, sin secarlo) según el país, lo que equivaldría a unos 0,8 y 2 microgramos por gramo en peso seco (el contenido de agua en músculo de un pez puede variar, estimativamente, entre 70 y 80 por ciento), que es la forma en que informamos nuestros resultados. De acuerdo con estos límites, en varios de los casos estudiados se estaría en una situación de limitación de consumo; se superaría en varios casos de 2 a 5 veces el límite de concentración más conservativo (de 0,2 microgramos por gramo en peso fresco) para el consumo sin restricciones.”
Los autores también midieron concentraciones de mercurio en los componentes de la cadena alimentaria del lago Moreno, en particular en la fracción más pequeña del plancton, compuesta de manera mayoritaria por fitoplancton, que está en la base de estas cadenas y se constituye principalmente por algas. “Lo más destacable de los resultados obtenidos en las cadenas alimentarias de los lagos que se estudiaron son las concentraciones observadas en la fracción más pequeña de plancton analizada, que llegaron a niveles de 200 a 300 microgramos por gramo en peso seco. Son concentraciones muy altas en sistemas naturales, observándose también altas concentraciones en las fracciones de plancton de mayor tamaño. Esto nos llamó mucho la atención si tenemos en cuenta que analizamos sistemas lacustres protegidos que no están expuestos a fuentes de contaminación directa en la región”, afirmó Ribeiro Guevara.
Los otros lagos estudiados fueron el Espejo Chico, Guillermo, Traful y Krüger. “Salvo Espejo Chico donde se encontraron niveles de mercurio de 1 microgramo por gramo en muestras de perca y trucha marrón, en los otros lagos citados las concentraciones fueron más bajas”, subrayó el autor principal del estudio.
Origen del mercurio
No está claro aún cuál es el origen de los altos niveles de mercurio medidos en los lagos patagónicos mencionados. “Posiblemente sea la combinación de aportes naturales asociados a la actividad volcánica y sísmica de la región, y a aportes de origen humano asociados a la combinación de su transporte atmosférico y a su deposición por el ´lavado´ de la atmósfera por la precipitación (lluvia o nieve). Este último factor puede ser de gran importancia en la zona de la Patagonia Andina, con puntos de muy alta precipitación como Puerto Blest en el lago Nahuel Huapi”, indicó Ribeiro Guevara.
El principal aporte de mercurio al ambiente en la actualidad a escala global, asociado a actividades humanas, son las liberaciones atmosféricas de las plantas de producción de energía eléctrica por combustión de carbón, puntualizó Ribeiro Guevara. Y prosiguió: “A nivel regional, las plantas de cloro-álcali con electrodos de mercurio, como la que funcionó durante muchos años en Cinco Saltos, en el Valle del Río Negro, y la minería artesanal de oro, son fuentes de contaminación con mercurio muy importantes. Los incendios extendidos también son una fuente de mercurio para los sistemas acuáticos, ya que liberan a la atmósfera los contenidos de mercurio en las masas vegetales y en los suelos, mercurio que luego se deposita en las cuencas y es incorporado a los ecosistemas lacustres.”
Respecto de los efectos del mercurio en la salud a través de la ingesta de peces contaminados, el investigador del Centro Atómico Bariloche indicó que las concentraciones admisibles dependen del nivel de consumo. “En este caso, los peces de la zona no son un alimento habitual de la población, o no debieran serlo, de acuerdo a las regulaciones de pesca, por lo que el riesgo es limitado. Lo que suele hacerse en otros países, como Estados Unidos y Canadá, entre otros, en los que también se observan concentraciones relativamente altas en lagos afectados a la pesca deportiva, sin contaminación directa, es dar indicaciones de limitación de consumo, como ser un número máximo de raciones mensuales”, subrayó. Y agregó: “Por otra parte se establecen límites para público en general y límites menores para mujeres embarazadas o en edad de estarlo, debido a que se ha determinado que el mayor impacto está asociado a los compuestos orgánicos de mercurio y su incorporación intraútero, pudiendo generar retardo en el desarrollo neurológico durante la gestación. Los límites de concentración o consumo permitido varían según los países, y se han reducido en forma sensible en los últimos años debido a que se comprobaron los efectos adversos señalados con anterioridad en niveles muy bajos de incorporación de mercurio, en particular a través de la ingesta de pescado”.
De acuerdo con el investigador de la CNEA el estudio de la circulación de mercurio es muy complejo, debido a sus características físicas, químicas y biológicas, y a las diferentes formas de incidencia en la salud humana y en los diversos componentes de los ecosistemas naturales. En la actualidad su grupo de investigación continúa realizando estudios en relación con el mercurio, su origen, su pasado en la región, y su circulación en los sistemas lacustres de la Patagonia Andina.
El estudio científico reveló que las concentraciones de mercurio son particularmente altas en perca y trucha fontinalis en el lago Moreno .Fuente: Agencia CyTA – Instituto Leloir
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