Argentina: Los pequeños glaciares pueden dejar de existir en 50 años

Glaciar Castaño Overo - Cerro Tronador - Argentina

Del 8 al 11 de agosto, en la ciudad de La Plata, se llevó a cabo por primera vez en Argentina el III Congreso Internacional de Cambio Climático y Desarrollo Sustentable, que reunió a destacados científicos de todo el mundo.

Allí, el geólogo argentino Jorge Rabassa, en su conferencia Impacto del cambio climático sobre los glaciares desde 1850 a la actualidad, dio la temible noticia: dentro de 50 años podrían desaparecer los pequeños glaciares del país.

Haciendo hincapié en el notable cambio climático, el experto en hielos continentales afirmó que dentro de este siglo correrán grandes peligros todos los glaciares pequeños ubicados en la Patagonia argentina y en la zona de montaña hasta Tierra del Fuego.

Según informó el diario Tiempo Argentino -presente en el Congreso-, para Rabassa, una vez que ocurra esta extinción, “sólo quedarán los grandes hielos continentales y lo que se conoce como permafrost”, que es una capa de hielo superficial permanente.

Las consecuencias de estas posibles y futuras pérdidas no sólo serían el aumento del nivel del mar y la disminución del agua potable, sino que además “los glaciares son grandes reguladores de las cuencas hídricas”, que irrigan los distintos territorios argentinos, sobre todo los más áridos, como la zona de Cuyo, por lo que esta tarea se vería fuertemente dificultada.

Por otro lado, y siguiendo a lo publicado por el citado diario, la desaparición de los pequeños glaciares constituiría un “costo para la industria turística de altísimo valor. Calafate existe porque están los glaciares”, ilustró Rabassa.

Según el especialista, desde 1977 se advierte un retroceso importante en los glaciares de la Argentina, situación que se agrava fuertemente por el calentamiento global.

Si esto es algo que pueda retroceder, no lo sabemos con firmeza, pero sí sabemos que cada uno, desde su casa, su trabajo y su forma de vida, puede ayudar a que el cambio climático no avance. Ahorrar energía, no derrochar recursos, reciclar y usar cada vez más medios de transportes alternativos -como por ejemplo la bicicleta-, son algunas de las formas en las que estaremos contribuyendo a cuidar nuestro planeta