En Nueva York, la tormenta de nieve que blanqueó la costa este de Estados Unidos el pasado fin de semana no sólo arruinó el ritual de Halloween para muchos. También dañó fatalmente unos mil árboles del Central Park, el parque urbano más grande del país y probablemente uno de los más conocidos en el mundo. Ahora, mientras las autoridades de Nueva York intentan adecentar el parque para la famosa maratón de la ciudad y el Caribe mexicano se recupera del huracán Rina, las previsiones indican más nubes y lluvia para el hemisferio Sur.
Y con la lluvia, comienzan a aparecer –o a crecer, si ya estaban- las desagradables manchas negras de humedad en paredes y techos. Este problema alcanza a tanta gente que el conocido The Weather Channel tiene una sección dedicada a él. Esas microscópicas moléculas de agua aerotransportadas provocan, además, picazón en la nariz, estornudos y toz.
TWC cita a Michael Ruff, alergólogo de la American Academy of Allergy Asthma and Immunology, quien explica que la humedad favorece el moho y el crecimiento de la población de los ácaros del polvo, ambos importantes alérgenos que pueden desencadenar sensibilidad alérgica, rinitis y asma. Además, la humedad provee a los bichos con el agua que necesitan.
Paradójicamente, en invierno, cuando la humedad nos provoca frío y encendemos la calefacción, generamos otro problema: la sequedad excesiva del ambiente interior. Entonces nos despertamos con las vías respiratoria irritadas, la piel irritada también y el pelo al estilo Beetlejuice por culpa de la electricidad estática.
¿Qué hacer para paliar ambas situaciones? Otra experta consultada por TWC, Jill Mayfield, aconseja, por ejemplo, ventilar las habitaciones más húmedas de la casa. El baño, sin duda, encabeza la lista, aunque puede resultar un asunto complicado para quienes viven en pisos viejos, en los que la ventana del baño es tan grande como la de un avión y, además, se abre hacia un patio de luces estrecho.
Será hora de comenzar a ducharse con la puerta del baño abierta. Y de deshacerse de las alfombras gruesas, que no sólo atrapan la humedad sino que también albergan todo un microuniverso de ácaros y otros seres del que mejor es no saber mucho para no volverse paranóico.
Si el problema es el contrario, es decir, un ambiente demasiado seco, una buena medida a tomar es comprar un humidificador. Sin embargo, por la economía familiar, que está en crisis; por el planeta, que ya no puede con más contaminación; y por nuestro sistema respiratorio reseco, ¿por qué no optar por una manta fabricada con trozos de tela reciclados?
Vía | www.weather.com
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