19 nov 2011

La higiene bucodental reduce el riesgo de ataque cardiaco


La higiene bucodental profesional frecuente puede disminuir el riesgo de sufrir un ataque al corazón en 24%. Además, puede reducir en 13% el riesgo de padecer un accidente cerebrovascular. Estos son los resultados de un estudio realizado por investigadores del Hospital General de Veteranos de Taipei, Taiwán.

Ante el respetable presente en una reunión de la American Heart Association -Asociación Americana del Corazón-, los cardiólogos del Hospital taiwanés mostraron evidencias de que someterse a una limpieza dental profesional al menos una vez al año contribuye a evitar los infartos (imaginad una sala llena de cardiólogos haciendo un reconocimiento a los dentistas. Curioso, ¿eh?).

Resulta que la limpieza dental que realizan los dentistas -que incluye desincrustar el biofilm oral, popularmente conocido como placa bacteriana, que se adhiere a las paredes de los dientes- reduce el crecimiento de bacterias que causan inflamación y podrían desencadenar enfermedades cardíacas. De allí que quienes reciben este mantenimiento una vez al año corran menos riesgo de sufrir un ataque al corazón, en comparación con aquellos que no pisan jamás el consultorio de un dentista.

Para el estudio se utilizaron los perfiles de más de cien mil personas de la base de datos del Seguro Nacional de Salud de Taiwán. Si esta relación entre dientes y corazón es difícil de imaginar, he aquí otro estudio sobre el mismo tema, con vinculaciones más sorprendentes, citado por la Health Insurance and Protection Magazine:
Un estudio realizado en Suecia, sugiere que la presencia de enfermedad de las encías puede ayudar a predecir el riesgo de ataque cardíaco, insuficiencia cardíaca congestiva y accidente cerebrovascular. Anders Holmlund, del Centro de Investigación y Desarrollo de la Diputación Provincial de Gävleborg, estudió 7.000 participantes con enfermedad de las encías y encontró que aquellos con menos de 21 dientes tenían 69% más de riesgo de ataque al corazón en comparación con aquellos con la mayoría de los dientes. (Traducción propia)
Los investigadores taiwaneses no analizaron si los participantes tenían antecedentes de enfermedad del corazón o accidentes cerebrovasculares, ni tomaron en cuenta otros factores de riesgo, como el peso o el hábito de fumar. El taladro del dentista genera pánico en mucha gente, así que habrá quien se agarre de ésta y otras limitaciones de los estudios citados para no ir al dentista, ni tan sólo en nombre de su salud cardiovascular.

Pues para quienes se sientan aludidos, una primicia: la falta de higiene no es atractiva. Qué decir del asco que produce no digamos ya besar sino hasta subirse en un ascensor con alguien con los dientes cubiertos de placa y las encías hinchadas como morcillas, de pura desidia. Hay que ir al dentista al menos una vez al año, si no por uno, por los demás.











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