La mayor parte de la zona de alienación de Chernóbyl, epicentro de la catástrofe nuclear más grave de la historia de la humanidad hasta la fecha, ya no representa una amenaza real. Sigue siendo peligrosa solo en la mente de la gente. Es lo que sostiene la arquitecta ucraniana Arina Aguéeva. Su estudio, ZA Architects (Kiev), acaba de presentar un proyecto de rehabilitación de este territorio.
Según las cifras oficiales, el número de turistas que va anualmente a Chernóbyl ronda alrededor de las 10.000 personas. Sin embargo, esto es solo la cantidad de visitas autorizadas que son organizadas por compañías turísticas y entran en la zona bajo custodia de un guía profesional.
El número de los que van ‘ilegalmente’ no es calculable. Se estima que la cifra podría aumentar en una decena de veces. El desastre nuclear en la central japonesa de Fukushima-1 en marzo de este año hizo crecer el flujo de turistas aún más, especialmente, desde el extranjero. Tomando en cuenta todos estos factores, los arquitectos ofrecen para la zona una infraestructura que puede permanecer en un proceso de desarrollo constante, sin afectar a los visitantes.
Su plan prevé dividir el territorio en cuatro partes: ‘Casino’, ‘Chernóbyl’, ‘Ilyintsí’ y ‘Zapovédnik’ (literalmente, ‘Reserva Natural’) y poner al alcance de un cliente potencial diferentes tipos de turismo: turismo extremo, turismo industrial, turismo ecológico, turismo de azar y foto safari.
Estructura del territorio
‘Casino’ sería una especie de ‘Las Vegas ucraniano’. Hoy en día la legislación del país prohíbe las casas de juego, salvo en zonas especiales y limitadas fuera de las ciudades. Los arquitectos ofrecen crear una zona así precisamente a la ‘entrada’ a Chernóbyl y están seguros de que será muy popular. Tendrá aparcamientos y un puerto fluvial en el río Prípiat. Los casinos se ubicarán en los rápidos del río.
La parte ‘Chernóbyl’ ofrecerá a los aficionados un espacio parecido a Disneyland. Será un museo y un parque al aire libre.
‘Ilyintsí’ será una estación de buses y punto de partida para excursiones a la ciudad muerta de Prípiat. Alojará también un centro de lavado en autoservicio, oficinas de compañías turísticas y una empresa administradora de un parque eólico que será construido en la parte oeste de la zona de alienación de Chernóbyl, donde no hay bosques, para satisfacer las necesidades energéticas del complejo.
‘Zapovédnik’ está planeado como una base científica que reunirá a especialistas que estudiarán la influencia de la radiación en la flora y fauna locales. Se trata de una parte gravemente contaminada del territorio, donde se precipitó el 97% del plutonio, el 70% del estroncio y el 30% del cesio originados por el reactor № 4 que estalló en abril de 1986.
Transporte
Las cuatro partes del territorio se conectarán entre sí a través de un ferrocarril monorrail. Las estaciones también serán cuatro y tendrán los mismos nombres: ‘Casino’, ‘Chernóbyl’, ‘Ilyintsí’ y ‘Zapovédnik’.
Los vagones tendrán ventanas muy anchas, mientras la vía ferroviaria se ubicará a una altura de entre 4 y 6 metros sobre la tierra, para garantizar a los viajeros vistas panorámicas. Aparte, a lo largo de toda la vía, instalarán paredes sónicas destinadas a proteger a los animales del ruido.
A la entrada a cada estación habrá una zona de limpieza de trenes. Funcionará como un centro de lavado en autoservicio. Al acercarse a cada estación, el tren será lavado y secado automáticamente para quitarle la capa radiactiva que recogerá durante la marcha. No tendrá que parar, solo bajar la velocidad.
Cada estación tendrá tres niveles, todos con miradores tanto en su interior como en el exterior. En el primer ‘piso’ habrá un espacio para que los turistas puedan ‘limpiarse’ también. Incluirá duchas y puntos de entrega de ropa, donde recibirán monos de protección de uso único limpios y devolverán los ya usados.
La propia plataforma de trenes se ubicará en el segundo nivel. Estará equipada con medios de comunicación, terminales interactivos para reservar excursiones o cualquier otro tipo de atracciones turísticas y puntos de venta de recuerdos y de guías por la zona. El tercer nivel será un espacio de restaurantes y diversiones.
Albergues
En las zonas cercanas a las estaciones se ubicarán ‘albergues’ para estancias cortas. Estarán equipados solo con las necesidades básicas, como un baño y una cocina pequeña. Cada unidad tendrá cuatro módulos habitables en forma de hexágono y albergará a 16 personas. El quinto módulo que se ubicará por encima de los demás será un espacio común.
Para protegerse de la radiación, los elementos de cristal de las fachadas serán tapados con persianas de metales pesados. La entrada a los albergues servirá para la limpieza y el cambio de ropa.
Miradores
Aparte de los miradores en las estaciones de tren, todo el territorio de la zona de alienación estará equipado con ‘torres de observación’. Tendrán una altura de 25 metros para garantizar vistas panorámicas. También tendrán forma de hexágono, con escaleras y un ascensor en el centro. El diseño de las ventanas permitirá al turista observar también las vistas si sube por las escaleras.
En el primer piso de las torres habrá puntos de entrega de prendas para la higiene personal. En el sótano se ubicará un búnker, un refugio en caso de una presunta contaminación radioactiva.
Para conocer más detalles del proyecto, haga clic aquí
Los arquitectos calculan que la infraestructura en su fase inicial podrá servir para 1.936 personas. Subrayan que su proyecto es respetuoso con el medio ambiente, remunerativo y capaz de atraer un flujo de inversiones a la zona.
Acentúan que contempla todas las medidas de seguridad posibles. Los diseñadores argumentan que los ‘mapas de contaminación radiactiva’ coinciden en que solo algunos escasos fragmentos del suelo de Chernóbyl están intoxicados con elementos radiactivos ‘longevos’, como cesio y estroncio, mientras que el resto es apto para ser ‘socializado’. Insisten en que todas las rutas e innovaciones que ofrecen evitan el territorio contaminado. En cuanto al resto de los espacios de la zona, recalcan que la ausencia del hombre durante un cuarto de siglo mejoró el ecosistema local.
“Un viaje a Chernóbyl te hace otra persona”
Al mismo tiempo, los ecólogos advierten de que aun con todas las medidas de seguridad tomadas, un viaje a la zona de alienación siempre será un riesgo. El director de Greenpeace Rusia, Iván Blókov, sostiene: “Transcurrirán décadas, o más bien siglos, hasta que el suelo de Chernóbyl deje de representar un peligro. De momento no existe una estimación objetiva, pero para hacernos una idea de la duración de los isótopos de vida larga, el período de desactivación completa de los desechos del combustible nuclear es de 11.000 años”.
Otro problema es que los residuos radiactivos en la zona son unas ‘manchas’ distribuidas de manera caótica. Piotr Kudan, director de la reserva natural de la zona de alienación, advierte: “En cualquier momento un viento o la lluvia pueden traer elementos radiactivos a un territorio relativamente limpio anteriormente”.
Pero hay también otros puntos de vista. Según el portavoz del Servicio Estatal de Turismo de Ucrania, Lúdvig Mediániy, Chernóbyl es el lugar del mundo que debe ver todo ser humano: “La gente debe darse cuenta de qué le espera a nuestro planeta en caso de una potente catástrofe nuclear. Un viaje a Chernóbyl te hace otra persona”.
Cada estación tendrá tres niveles, todos con miradores tanto en su interior como en el exterior. En el primer ‘piso’ habrá un espacio para que los turistas puedan ‘limpiarse’ también. Incluirá duchas y puntos de entrega de ropa, donde recibirán monos de protección de uso único limpios y devolverán los ya usados.
La propia plataforma de trenes se ubicará en el segundo nivel. Estará equipada con medios de comunicación, terminales interactivos para reservar excursiones o cualquier otro tipo de atracciones turísticas y puntos de venta de recuerdos y de guías por la zona. El tercer nivel será un espacio de restaurantes y diversiones.
Albergues
En las zonas cercanas a las estaciones se ubicarán ‘albergues’ para estancias cortas. Estarán equipados solo con las necesidades básicas, como un baño y una cocina pequeña. Cada unidad tendrá cuatro módulos habitables en forma de hexágono y albergará a 16 personas. El quinto módulo que se ubicará por encima de los demás será un espacio común.
Para protegerse de la radiación, los elementos de cristal de las fachadas serán tapados con persianas de metales pesados. La entrada a los albergues servirá para la limpieza y el cambio de ropa.
Miradores
Aparte de los miradores en las estaciones de tren, todo el territorio de la zona de alienación estará equipado con ‘torres de observación’. Tendrán una altura de 25 metros para garantizar vistas panorámicas. También tendrán forma de hexágono, con escaleras y un ascensor en el centro. El diseño de las ventanas permitirá al turista observar también las vistas si sube por las escaleras.
En el primer piso de las torres habrá puntos de entrega de prendas para la higiene personal. En el sótano se ubicará un búnker, un refugio en caso de una presunta contaminación radioactiva.
Para conocer más detalles del proyecto, haga clic aquí
Los arquitectos calculan que la infraestructura en su fase inicial podrá servir para 1.936 personas. Subrayan que su proyecto es respetuoso con el medio ambiente, remunerativo y capaz de atraer un flujo de inversiones a la zona.
Acentúan que contempla todas las medidas de seguridad posibles. Los diseñadores argumentan que los ‘mapas de contaminación radiactiva’ coinciden en que solo algunos escasos fragmentos del suelo de Chernóbyl están intoxicados con elementos radiactivos ‘longevos’, como cesio y estroncio, mientras que el resto es apto para ser ‘socializado’. Insisten en que todas las rutas e innovaciones que ofrecen evitan el territorio contaminado. En cuanto al resto de los espacios de la zona, recalcan que la ausencia del hombre durante un cuarto de siglo mejoró el ecosistema local.
“Un viaje a Chernóbyl te hace otra persona”
Al mismo tiempo, los ecólogos advierten de que aun con todas las medidas de seguridad tomadas, un viaje a la zona de alienación siempre será un riesgo. El director de Greenpeace Rusia, Iván Blókov, sostiene: “Transcurrirán décadas, o más bien siglos, hasta que el suelo de Chernóbyl deje de representar un peligro. De momento no existe una estimación objetiva, pero para hacernos una idea de la duración de los isótopos de vida larga, el período de desactivación completa de los desechos del combustible nuclear es de 11.000 años”.
Otro problema es que los residuos radiactivos en la zona son unas ‘manchas’ distribuidas de manera caótica. Piotr Kudan, director de la reserva natural de la zona de alienación, advierte: “En cualquier momento un viento o la lluvia pueden traer elementos radiactivos a un territorio relativamente limpio anteriormente”.
Pero hay también otros puntos de vista. Según el portavoz del Servicio Estatal de Turismo de Ucrania, Lúdvig Mediániy, Chernóbyl es el lugar del mundo que debe ver todo ser humano: “La gente debe darse cuenta de qué le espera a nuestro planeta en caso de una potente catástrofe nuclear. Un viaje a Chernóbyl te hace otra persona”.
(Actualidad.rt - Diario Ecología)
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