5 ago 2011

A dos meses de la erupción, el volcán Puyehue tiene actividad moderada pero permanente

Imagen del Volcan Puyehue del día 02/08 - Nasa Observatory
El Observatorio Volcanológico de los Andes del Sur (OVDAS), del Servicio Nacional de Geología y Minería (SERNAGEOMIN) chileno, emite un informe diario sobre la actividad del complejo volcánico, que casi no presenta variaciones desde hace semanas.

En síntesis, indica que el nivel de alerta volcánica en el lugar sigue siendo "rojo" por "erupción menor", y que el "proceso eruptivo continúa y es posible que vuelva a presentarse un incremento en la actividad".

El informe analiza a diario la actividad sísmica leve, los espaciados "eventos explosivos" y la intensidad de los "episodios de tremor armónico", todos indicadores de la actividad eruptiva del volcán, que desde la primera quincena de junio se evidencian en declive.

Por el contrario, en los quince días anteriores al 4 de junio esos indicadores fueron en alza, con una temible actividad sísmica que hacía inminente la erupción.

Ese día, la columna de gases y materiales piroclásticos -piedra pomez ardiente, arena, ceniza y otros- alcanzó los diez kilómetros de altura, y repartió esos elementos en cientos de kilómetros a la redonda.

La zona más afectada está hacia el este del volcán, que tiene el límite con Argentina a apenas 20 kilómetros. Por ello, la localidad de Villa La Angostura -a 38 kilómetros- fue la que más cenizas, arena y piedra pomez recibió, seguida por Bariloche, y una amplia franja de territorio rural rionegrino.

Poco después, el volcán comenzó a emitir lava por las laderas más próximas a la cima, y en ese sector montañoso generó lahares (aludes) de material volcánico con agua, barro y otros elementos.

Desde entonces, el complejo volcánico fue decreciendo en su actividad, la columna de materiales fue cayendo hasta estacionarse entre dos y tres kilómetros de altura, y la "pluma" de cenizas se hizo menos densa y más difusa.

En su interior, el volcán tiene según el OVDAS una actividad eruptiva estable, de baja intensidad, con "posibilidades de un evento explosivo", asociadas a obstrucciones de lava, aunque "es poco probable que alcance la magnitud de la primera fase eruptiva".

En cuanto a la dispersión de la pluma de cenizas, que ocasionalmente provoca alguna leve precipitación, se mantuvo la mayor parte del tiempo afectando el territorio argentino.

El meteorólogo Enzo Campetella, director del portal especializado "Tiempo Patagónico", explicó a Télam que en función de los vientos de altura, desde el 4 de junio a este jueves "la dispersión fue muy cambiante, aunque más del 80 por ciento de las veces afectó a un abanico entre el sudeste y el noreste".

"Esto hizo que hubiese un área triangular entre el volcán, Bariloche y Neuquén, con mayor presencia de nube de cenizas, que según los vientos fuera más lejos o no. Así llegó a veces hasta la costa atlántica, La Pampa, provincia de Buenos Aires, e incluso varias veces a la Capital Federal", agregó Campetella.

Los especialistas no dan definiciones tajantes sobre la futura actividad del volcán.

Los vulcanólogos Adriana Bermúdez y Daniel Delpino, investigadores del CONICET en la Universidad Nacional del Comahue, indicaron en un reciente informe que en base a erupciones de los últimos 10.000 años y erupciones históricas, es posible que "este ciclo eruptivo dure un período relativamente largo".

Estimaron que la emisión de cenizas seguirá disminuyendo y que por el contrario, la de lava "debería ir aumentando", aunque siempre en la cumbre del volcán, cerca del conducto de emisión, "sin peligros asociados para la Argentina”.

Destacaron que la cantidad de lava expulsada aún no equiparó a la de erupciones anteriores del mismo complejo, de los años 1921 y 1960, cuando alcanzaron a recorrer hasta 1,2 kilómetro en la ladera montañosa. 








Fuente: Telam

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