Aguas del río Pilcomayo llevan riesgo de muerte

Potosí, 29 Jun (Erbol).- Las aguas del río Pilcomayo siempre llevaron vida; sin embargo, esta situación cambió desde hace 10 años por la contaminación minera y ahora sólo arrastran por sus más de 2.400 kilómetros de longitud un constante riesgo de muerte.

La radio Aclo-Erbol fue hasta Villa Pampa, una de los centenares de comunidades que están a lo largo de las riveras del río Pilcomayo, que nace en Bolivia, pasa por Argentina y llega hasta el Paraguay.

Las caudalosas aguas del río pasan sólo a unos 200 metros de esta comunidad. En un día de calor sofocante, como fue el día de la visita, sus aguas invitaban a cualquier persona que no es del lugar a bañarse.

Pero los habitantes de la zona recomendaron que no se hiciera esa travesía, porque cambió el cristalino sus aguas del pasado a un color turbio y salado, supuestamente por las sustancias tóxicas propias de la contaminación.

“Ya no es como cualquier agua el líquido que corre por el río, tiene un sabor muy extraño, es agrio, es otro clase, es muy salado y hace daño”, dijo uno de los comunarios.

Así, el Pilcomayo ya no es una fuente de líquido elemento para los seres humanos que habitan sus riveras, tampoco para sus animales ni para su producción agrícola.

“Algunos animales toman el agua del río y mueren”, afirmó otro de los pobladores. “Dentro de la panza de los animales que beben ese líquido se produce como una infección y mueren”, ratificó un tercer comunario.

Los peces, principales habitantes de la cabecera del río Pilcomayo, también desaparecieron. “De mucha suerte ahora se puede encontrar peces, ya no hay casi nada y lo poco que encontramos después de intensas búsquedas nos sirven sólo para la alimentación”, sostuvo una campesina.

Casi la totalidad del Pilcomayo es valle, por tanto, una zona rica en producción de frutas y hortalizas. Además, mucha gente ya siente cierta susceptible al consumir productos que vienen de las riveras de Pilcomayo.

El Río Pilcomayo, con una longitud de 2.426 kilómetros, nace con aguas cristalinas de las faldas de las montañas orientales del departamento de Oruro, pero a su paso por Potosí se vuelven turbias como consecuencia sobre todo de la contaminación minera.

Fuente: Erbol