Aquellos que acompañamos la defensa del ambiente glaciar y periglaciar desde 2008, momento en que se vetó la primer ley de protección de glaciares por parte del ejecutivo, hemos sorteado en forma constante las mentiras que trataron de esgrimirse para detractar una ley de profunda necesidad para los argentinos. Mentiras y mentiras sobre mentiras se atravesaron en el camino de quienes sostuvimos desde aquel momento la imperiosa necesidad de preservar las reservas de agua dulce contenidas en nuestros ríos de hielo.
Mucha agua caminó bajo el puente y mucha camina aún producto del deshielo de nuestros glaciares a manos de empresas extractivas de alto impacto que operan en la alta montaña. La megaminería metalífera de capitales transnacionales no puede operar sin infringir graves daños ambientales y allí, donde opera, destruye glaciares.
Hoy a 9 meses de sancionada la ley 26. 639 de protección de glaciares y ambiente periglacial ninguna medida efectiva ha sido tomada para la correcta aplicación de esta ley por parte del Ejecutivo Nacional. Sin embargo se derivan fondos a una cuestionada fundación llamada Innova T, para financiar la realización del inventario- ordenado por la ley- durante el primer año, siendo que la ley declara como autoridad de aplicación a la Secretaría de Ambiente de la Nación y al Instituto IANIGLIA como el organismo para realizar el inventario.
Desde el momento del veto y en los discursos oficiales, cuando se trató nuevamente la ley en las cámaras, se mintió intencionalmente en los verdaderos motivos del rechazo a esta ley. Hoy se sigue la misma metodología. Se miente en las verdaderas intenciones para con la ley de glaciares. Los discursos, declaraciones y medidas que pesan sobre la aplicación de la ley se complejizan y entraman de modo tal que tornan muy difícil desarticular la intencionalidad de las mismas.
Sin embargo, si pensamos un poco a quienes benefician las medidas dispuestas para con la ley por parte del Estado, sabremos en forma inequívoca que intereses se defienden con ellas. Las medidas cautelares que suspendieron la aplicación de la ley en la provincia de San Juan benefician sin duda a los intereses de la Barrick Gold y sus socios locales. La falta de un inventario que limitaría el enclave sobre ambiente periglacial en la provincia de Catamarca por parte de la empresa Yamana Gold, pone en evidencia los verdaderos intereses defendidos por algunos políticos y gobernantes de turno.
Cuando la mentira se esgrime en búsqueda de poder a cualquier precio, debemos ser concientes y pararnos ante ella con responsabilidad. No ser víctimas de la mentira o el engaño es una responsabilidad que todos tenemos. Hoy padecemos una grave urgencia ambiental por los daños que ocasiona la megaminería metalífera en nuestras montañas, los glaciares son uno de los principales damnificados, y con ellos toda posibilidad de vida sustentable.
Es hora que la mentira y el engaño no rija el destino de la Argentina. Hay que despertar de la soporífera manipulación corporativa que no busca más que su cotización bursátil, sostenida y amparada por socios locales. Es hora que se trabaje y gobierne en beneficio del pueblo y sus necesidades. Denunciamos la intencionalidad oficial, de que la ley de protección de glaciares se vuelva inoperante y exigimos se cumpla lo que la Ley ordena.
La Corte Suprema, en tanto, aceptó hace unos días su competencia originaria sobre tres causas presentadas en San Juan. Una de ellas, de la empresa Barrick Gold, solicita la inconstitucionalidad de la ley. En esta provincia el juez Gálvez dictaminó medidas cautelares que suspendieron la aplicación de la ley en la provincia. La verdad señala que el dictamen de este juez favorece la consecución de los emprendimientos Veladero y Pascua Lama a manos de Barrick.
La misma Corte Suprema de Justicia ha rechazado en tanto la participación de una ONG en la querella, arguyendo que no está en juego “un eventual perjuicio que pudiera causarse al ambiente” sino el interés directo de la empresa Barrick.
Miramos con atención este tema, y esperamos, sin duda, que los jueces obren con sabiduría en la defensa de la Ley Nacional de protección de Glaciares y ambiente periglaciar. Colocamos en ella un voto de confianza para que la intencionalidad de proteger nuestros recursos hídricos sea la verdad insoslayable.
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