Colombia - El Programa Oro Verde es una propuesta que surge como alternativa productiva sostenible. Busca revertir los procesos de degradación de los ecosistemas estratégicos causada por los modelos extractivos agresivos como la minería mecanizada, fomentando prácticas ambientales y socialmente responsables mediante un riguroso sistema de certificación de los procesos de explotación minera.
Este programa nace en 1999 a partir de la alianza entre las comunidades Afrocolombianas del Alto San Juan y Condoto, representadas por sus respectivos concejos comunitarios mayores (Asocasan, C.C.C.), la Fundación Las Mojarras y la Fundación Amigos del Chocó, vínculo formalizado en el año 2001 con la creación de la Corporación Oro Verde.
Una iniciativa de las comunidades
El Programa Oro Verde supera la lógica de la intervención tradicional, que se basa en llevar proyectos y programas a las comunidades, y que en reiteradas ocasiones no corresponde a las necesidades y aspiraciones de la población. Este programa por el contrario, es una iniciativa que nace de las comunidades en el proceso de búsqueda de mejores condiciones de vida, y de armonización de las actividades productivas con los procesos ecológicos y socioculturales del territorio.
Según lo expresa uno de los promotores del programa y líder de Asocasan:
la fortaleza del programa consiste en que es una iniciativa propia. Nosotros hemos mirado que cuando nos traen algo, como que lo gastamos y esperamos que nos traigan más. El programa Oro Verde es una iniciativa que empieza de la base hacia fuera, entonces no estamos esperando que nos traigan, sino que nosotros mismos estamos demostrando que somos capaces, tampoco es un programa que viene a enseñarle a la gente, sino que la gente está mostrando que se puede hacer minería responsable (Entrevista, 2010).
Importancia del programa en el proceso organizativo
La importancia del programa no puede ser entendida y analizada únicamente a la luz de los ingresos económicos y de su responsabilidad medio ambiental, como suele hacerse, sino que además, debe contemplar el papel que el Oro Verde está jugando en términos de la visibilidad y el fortalecimiento organizativo de Asocasan.
Oro Verde es uno de los programa bandera de la organización en el marco de las alianzas con otras organizaciones y es una experiencia piloto en el mundo, es la primera en el mundo. Por medio del programa se creó la Asociación por la Minería Responsable, AR, que viene implementando proyectos pilotos, no sólo en el Chocó, sino en Nariño, Ecuador y Perú. Una de las metas es cómo se comienzan a trabajar proyectos de este tipo de minería en el marco del comercio justo en África, Sierra Leona.
Junto al programa Oro Verde se viene implementando el programa de seguridad y soberanía alimentaria. Oro Verde, es una de las formas de ingreso de nuestras familias, pero no es la única. En el marco del programa Oro Verde hemos construido una alianza estratégica con la Fundación Amigos del Chocó, Fundación las Mojarras y el Consejo Mayor de Condoto. En el marco de esta alianza hemos formulado proyectos y participado en convocatorias, pero nuestro proyecto bandera sigue siendo Oro Verde.
A la par de este programa, no sólo hemos realizado proyectos productivos, también se han implementado algunos de tipo social como Tierra de niño, y Niñez y ambiente sano. Muchas organizaciones vienen a conocernos por el programa Oro Verde, y cuando llegan descubren que hay otras potencialidades. A través de Oro Verde nos hemos hecho conocer a nivel mundial (Entrevista, representante legal de Asocasan, 2010).
Los criterios de certificación
La importancia ecológica de este programa es quizás la más sobresaliente, debido al marcado contraste con la crisis ecológica y con el incremento de la acción depredadora de la minería mecanizada. La sustentabilidad del programa se fundamenta en el cumplimiento de los diez criterios de certificación, creados y vigilados por el Instituto de Investigaciones Ambientales del Pacífico IIAP, entidad certificadora en el campo de la minería ecológica. Dichos criterios son los siguientes:
1. Las actividades mineras realizadas por los explotadores deben tener el consentimiento de los concejos comunitarios.
2. Se debe dar cumplimiento a las normatividades nacional, regional y local.
3. La declaración del origen del oro y platino producidos, debe hacerse a nombre del municipio correspondiente.
4. Es necesaria la verificación del no uso de sustancias químicas y tóxicas como el mercurio, el cianuro u otros contaminantes tóxicos en los procesos de extracción.
5. No debe haber destrucción ecológica masiva que genere cambios al ecosistema que impidan la posibilidad de restauración o habilitación del área intervenida en un mediano plazo.
6. En las áreas boscosas no se intervendrá más del 10% de una hectárea durante un período de dos años.
7. Las áreas explotadas deben obtener estabilidad ecológica en los siguientes tres años.
8. La capa orgánica del suelo removida debe ser restablecida con el desarrollo de la explotación.
9. El material de grava estéril y los pozos producidos por la explotación minera no pueden exceder la capacidad de rehabilitación del ecosistema local.
10. La carga de sedimentos aportados a las quebradas, ríos y lagos, debe ser controlada en una cantidad y una frecuencia que no deteriore el ecosistema acuático nativo.
La mayoría de estos criterios se fundamentan en las prácticas tradicionales de extracción de metales y restauración de los terrenos intervenidos por la minería, ejercidas por los mineros locales, quienes han venido cumpliendo tradicionalmente y de manera voluntaria con los principios de sustentabilidad ecológica. Por ellos, la aplicación de estos criterios no sólo permite obtener una certificación ecológica, sino que también contribuye a la recuperación y conservación de las prácticas mineras tradicionales.
La prima
Uno de los grandes beneficios de este programa es el valor adicional al precio del mercado, que reciben los mineros por realizar una actividad ambiental y socialmente responsable. Este valor denominado prima, ayuda a resolver algunas necesidades de las familias productoras. Los mineros adscritos al programa reciben una prima del 10%diez por ciento por comercio justo, más el 5% por cumplir con los estándares internacionales al no usar químicos para la extracción, que sumados representa el 15% de la prima global.
La prima es una forma de ahorro que le permite al minero contar con unos recursos adicionales para resolver, en parte, algunas de sus necesidades básicas insatisfechas, como vivienda, salud y alimentación. Este dinero es reinvertido en las Unidades Familiares Productivas que hacen parte del programa, pero aún sigue siendo insuficiente para garantizar las condiciones de vida digna a las poblaciones locales.
Reconocimientos al programa
El programa Oro Verde ha recibido varios reconocimientos, principalmente en el ámbito internacional, por la aplicación de prácticas y principios de sustentabilidad durante su implementación. Entre éstos se destacan:
· En el 2006, los criterios de Oro Verde son reconocidos para crear los lineamientos principales para el desarrollo de un sello de joyería verde. Este reconocimiento fue hecho por la certificadora holandesa Stichting Mileukeur- SMK, fundación que trabaja por la promoción de los mercados verdes y justos.
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En el 2009 el plan de expansión de Oro Verde formulado por Amichocó, fue ganador del premio Oro de Seed Awards.
Algunas consideraciones . El Oro Verde es una alternativa socioproductiva que permite realizar la minería de manera responsable, atendiendo la oferta y los procesos ecológicos de los ecosistemas y las características socioculturales de las comunidades. Si bien el programa procura mejorar los ingresos de los productores con la prima adicional y un mejor pago del metal, los recursos económicos que reciben los miembros del programa, aún continúan siendo insuficientes para garantizar las condiciones de una vida digna. Es por ello que deben realizarse otras actividades productivas de manera complementaria. El Programa Oro Verde continúa siendo una parte muy pequeña de la minería que se práctica en el territorio, es necesario extender su posicionamiento para que pueda tener mayores alcances en el interior de las comunidades.
Este artículo forma parte del trabajo de grado realizado por Jefferson Quinto Mosquera para optar por el título de ecólogo, titulado “Cambios y persistencias en el subsistema minero aluvial del territorio colectivo del Consejo Comunitario Mayor del Alto San Juan - Asocasan (Tadó, Chocó): entre 1960 y 2010”. Esta investigación se realizó con el apoyo del Observatorio de Territorios Étnicos, en el marco del acompañamiento permanente a Asocasan realizado por este proyecto .
Fuente: www.etnoterritorios.org
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