4 ene 2012

Como protegerse de los rayos del Sol

 El verano es, lógicamente, la estaciones del año en la que actividad al aire libre se vuelve más popular. Pero también son esos meses en los que las personas más deben cuidarse para no tomar Sol en exceso.
 
Y todo esto tiene una explicación científica muy sólida. La luz del astro-rey está compuesta por una mezcla de radiaciones de diferentes características. Una parte es la que los físicos denominan rayos ultravioletas (UV), y que generan efectos benéficos -si los tomamos en forma moderada- pero perjudiciales si nos exponemos en exceso a su acción.
 
A su vez, esa radiación ultravioleta puede ser de tres clases y ejercen un efecto diferente sobre el planeta y también sobre la piel de las personas:
 
* UV-C
* UV-B
* UV-A
 
Los rayos UV-C son totalmente filtrados por la capa de ozono y no llegan a la Tierra. Pero la acción de los UV-B, causa enrojecimiento y bronceado de la piel ya que el 95% de esta radiación es absorbida.  Finalmente, la radiación UV-A genera bronceado pero sin causar enrojecimiento por lo que no emite una “señal” clara que advierta que la piel está sufriendo un daño.
 
Es justamente por esa propiedad de no alertar sobre el peligro que los rayos UV-A son los que, a futuro y merced a su efecto acumulativo, pueden traer consecuencias peligrosas sobre la salud.
 
PROTECCIÓN EQUILIBRADA

Como vivir a la sombra en forma permanente durante los meses estivales no es una opción demasiado factible, es indispensable protegerse de las radiaciones excesivas. Para eso es que fueron creados los protectores soles: para absorber o bloquear (según su grado de protección) la 
acción dañina tanto de los rayos UV-A como de los UV-B.
 
Estos protectores se presentan en diversas alternativas, bajo la forma de lociones, gel y emulsiones cremosas que contienen como agente activo diversas clases de moléculas químicas capaces de filtrar los rayos indeseados y prevenir daños en la piel.
 
La oferta de productos de este tipo es muy amplia y se clasifican de acuerdo con el Factor de Protección Solar (F.P.S ), que asegura y que identifica el grado de protección que proporcionan, cuantificada en términos de cantidad de tiempo que se puede estar protegido sin formación de eritema (así se denomina médicamente al enrojecimiento de la piel).
 
Así, si una persona tarda 15 minutos en ponerse colorada sin usar protector, recurriendo a un Factor de Protección 15 estará protegida 15 veces esos 15 minutos, o sea por un total de 225 minutos.
¿Qué valor de Factor de Protección Solar debemos usar para prevenir el bronceado excesivo?
 
La respuesta depende de adónde se encuentra la persona, de cuánto tiempo vaya a exponerse al Sol, de la actividad que tendrá y de cuán susceptible sea su piel.
 
Por todo esto no hay una regla fija para seleccionar el FPS adecuado. Por ejemplo, si durante el día la persona va a permanecer en el interior de un edificio, y recibiendo apenas algunos reflejos de la luz solar, no va a precisar usar un factor de protección solar demasiado elevado.
 
En general, un adulto puede elegir un FPS de entre 10 y 15, que puede prevenir en forma adecuada las quemaduras solares. Aunque en días muy soleados o si se van a pasar largos períodos de exposición es mejor elegir un producto con FPS de 30 ó superior.
 
Algo a tener en cuenta es que una crema protectora puede tener un alto índice de protección contra los rayos UV-B pero cuidar poco -o nada- la acción de los UV-A.
 
Por otra parte, ese alto índice antiUV-B puede implicar la presencia de fuertes concentraciones de compuestos orgánicos que pueden resultar tóxicos. Así, es necesario estar atentos a las formulaciones del producto para poder asegurar la mejor protección.
 
COSAS A TENER EN CUENTA

* Aplicar abundante cantidad de loción, aproximadamente 45 minutos antes de la exposición al Sol, de modo uniforme sobre la piel. Reaplicar cada 2 horas y luego de nadar, de secarse con toallas, de sudoración intensa o de exposición prolongada.
 
* Frotar la loción sobre todas las partes del cuerpo que no estén protegidas con ropa o sombreros. Asegúrese de cubrir párpados, labios, nariz, oídos, cuello, orejas, manos y pies. Si tiene poco pelo, no olvide también la cabeza.
 
* Reducir en lo posible la exposición directa entre las 10:00 y las 16:00 horas.
 
* Usar protector también en los días nublados, ya que los rayos UV atraviesan la capa de nubes.
 
* Las mujeres embarazas deben evitar la exposición pues pueden ser propensas a la aparición de manchas solares en la piel (cloasma).         

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